Ubicada entre las colonias Peña María y El Cerrito, ha comenzado a azolvarse por el ingreso constante de camiones y particulares que arrojan escombro

Ana Liz Leyte NOTICIAS

En la zona sur de San Cristóbal de Las Casas, uno de los últimos cuerpos de agua que sobrevive entre los asentamientos irregulares y la mancha urbana, está siendo rellenado de manera tóxica, sin que la autoridad intervenga.

Se trata de la laguna ubicada entre las colonias Peña María y El Cerrito, que desde hace semanas ha comenzado a azolvarse por el ingreso constante de camiones y particulares que arrojan escombro, tierra y basura en el sitio, denunció el activista y defensor ambiental Eric Eberman.

“La laguna se está perdiendo poco a poco. Día con día le van tirando residuos, y no hay autoridad que lo impida. Es un ecocidio silencioso”, advirtió.

Eberman, quien desde hace años ha documentado el deterioro de los humedales en San Cristóbal, sostuvo que este cuerpo de agua cumple funciones ambientales clave, como la recarga hídrica, regulación de temperatura, absorción de contaminantes y refugio de fauna local. Sin embargo, afirmó que se encuentra en total abandono y a merced de quienes lo utilizan como tiradero clandestino.

La actividad –según denuncia- ha sido constante durante los últimos meses, especialmente durante las noches o fines de semana, cuando vehículos entran por brechas y descargan residuos. Hasta ahora, no hay señalamientos, vigilancia ni operativos de contención por parte del Ayuntamiento ni de autoridades ambientales.

Por esta negligencia ambiental, el activista pidió la intervención inmediata del gobierno municipal, así como de la Secretaría de Medio Ambiente e Historia Natural (Semahn) y la Procuraduría Ambiental del Estado, pues advirtió que este tipo de afectaciones podría replicarse en otras zonas ante la falta de sanciones.

“No se trata de un cuerpo de agua cualquiera. Es una laguna con vida, que forma parte del equilibrio ecológico… si permitimos que la sepulten, perdemos todos: el agua, el clima, la biodiversidad y la calidad de vida”, puntualizó.

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En la zona sur de San Cristóbal de Las Casas, uno de los últimos cuerpos de agua que sobrevive entre los asentamientos irregulares y la mancha urbana, está siendo rellenado de manera tóxica.

Foto: Ana Liz Leyte