Nunca olvidarán el paso del devastador Huracán «Herminia», precisamente un 24 de Septiembre

Carlos Salazar CORRESPONSAL / NOTICIAS

PIE DE FOTO. Cintalapa y Jiquipilas nunca olvidarán el paso del devastador Huracán «Herminia» hoy precisamente 24 de Septiembre se cumplen 42 años. Foto: Carlos Salazar

Cintalapa.- Los municipios de Cintalapa y Jiquipilas nunca olvidarán el paso del devastador Huracán «Herminia» hoy precisamente 24 de Septiembre se cumplen 42 años.
El fenómeno natural que comenzó en el Atlántico el 20 de septiembre de aquel 1980, agarró fuerza y vino llegando poco a poco hasta tocar a Chiapas, causando graves daños a los municipios hermanos de la zona valle.
«La Herminia» cómo le denominaron en esta zona, trajo muertes, destrucciones y muchas pérdidas de bienes materiales, siendo un día, un mes, un año muy difícil para los Cintalapanecos y Jiquipiltecos.
Será por eso, que el mes de Septiembre, es un mes temido para está zona por los fenómenos naturales, en 1980 «El Huracán» en 2017 el sismo del día 8 que dejó con graves daños y algunos hasta sin casas, pero ahora hablamos del «Herminia».
Sin lugar a dudas que el mes de Septiembre, es un mes difícil para los chiapanecos, donde decenas de familias lo perdieron todo.
La Herminia, se llevó casas, animales y todo lo que se encontró a su pasó, en este año que el herminia a cabo con parte de Cintalapanecos, siendo los barrios más afectados Santa Cruz, Santo Domingo, La Candelaria y parte de San Francisco por estar más en la parte baja de la ciudad.
Y es que la corriente del río La Venta comenzó a bajar a eso del mediodía del 24 de septiembre debido a que tres días antes la lluvia prácticamente no había cesado día y noche.
«Por fortuna el agua comenzó a bajar a mediodía a eso de las 11:30 o quizás 12, si hubiera sido por la noche la noticia hubiera sido más cruel, dado que muchas familias hubieran estado dormidas y hubiera causado mayores daños» expuso Magin Jiménez señor de 90 años de edad.
Y es que en ese entonces la corriente del río entró por varias calles hacia el centro de la ciudad llegando a lo que hoy conocemos como el mercado público del centro como las calles de lo que hoy es la terminal de corto recorrido y la Tercera Norte esquina con Calle Central.
Muchas personas tuvieron que escapar de la corriente del río, dejando sus pertenencias de valor, quizás lo que más les dolió es dejar a sus animales de patio, dado que en ese entonces (1980), muchos contaban con gallinas, puercos y borregos en sus traspatios.
Muchas personas dejaron sus labores y comenzaron a apoyar a sus amigos, familiares y conocidos para sacar algunas cosas que aún todavía podían recuperar de la corriente del río.
Muchas personas tuvieron que refugiarse en casas de conocidos, de familiares o de personas que al ver la magnitud del problema dieron espacio en sus casas a sus compañeros de municipio.
Era tan grande la corriente del río que desde el barrio el Tepeyac en la zona alta de Cintalapa se podía observar la mancha blanca de agua qué bajaba y se estaba llevando todo a su pasó, para descender hacia el municipio vecino de Jiquipilas.
«Muy triste todo lo que pudimos hacer, que pudimos ver, todo lo sucio y los múltiples problemas qué dejó La Herminia a su pasó en ese año» expuso Rosario López del barrio Candelaria.
Todo esto se originó y hubo problemas porque el Gobierno del Estado no podía hacer llegar los apoyos a esta zona debido a que el río se había llevado el puente «Las Flores» y «Cintal» haciendo aún más grave la situación.
El gobernador en ese entonces Juan Sabines Gutiérrez, tuvo que echar mano de helicópteros y avionetas para hacer llegar la ayuda a la gente que necesitaba de la mano amiga.
La ayuda por parte de las personas buenas comenzó a llegar para las personas que habían perdido todo, comenzaron dando agua, comida, ropa, calzado y lo más necesario.
Hoy 24 de septiembre a más de 4 décadas de la peor tragedia sufrida por los cintalapanecos, fecha histórica que también marca la construcción de la unidad habitacional en ambos municipios, lo que hoy conocemos como «Juan Sabines» porque el gobierno entregó viviendas a quienes se quedaron sin casa.
Sirva este trabajo de homenaje para todos aquellos héroes anónimos que lucharon incansablemente para ayudar a salvar vidas, a sacar cosas de casas que aún se estaban inundando, qué la fecha sirva para tener respeto a los fenómenos naturales y obedecer las indicaciones que realizan las autoridades sobre todo si se vive en las márgenes de los ríos.
Sirva para no olvidar a quiénes no pudieron sobrevivir a esta tragedia, para no olvidar a los adultos mayores, niños y sobre todo aquellos qué sin ser familia tendieron la mano a quién lo necesito.
Hoy los municipios de Cintalapa y Jiquipilas están tristes y a la vez contentos porque están vivos y pueden tener historia de esos acontecimientos tristes y trágicos hechos que sin lugar a dudas podrán contarle a las generaciones actuales y futuras.