Son más de 90 kilómetros que los hombres recorrerán durante los siguientes días con el objetivo de obtener una de las flores milenarias, la flor de Niluyarilo

Alejandra Chávez NOTICIAS

Este jueves los cohetes anunciaban el inicio de la segunda tradición más importante de Chiapa de Corzo, el Niño Florero, una tradición de más de 500 años.
Jóvenes con su mochila en la espalda, machete en la cintura, una ánfora de agua y cobijas para descanso y resguardo de esta flor, caminaban a la iglesia del Calvario, al sonido del pito y del tambor cientos de hombres de todas las edades acompañados de sus familiares y amigos, comenzaron a caminar por las principales calles de Chiapa de Corzo, emprendiendo una caminata para comenzar con los festejos del niño florero.
Son más de 90 kilómetros que los hombres recorrerán durante los siguientes días con el objetivo de obtener una de las flores milenarias, la flor de Niluyarilo.
Esta manda la realizan cada año, para celebrar al niñito florero, este recorrido es una promesa que realizan por las bendiciones otorgadas durante el año, está tradición hermana al pueblo de Chiapa de Corzo, con el municipio de Zinacantán, municipio al que llegan para extraer esta flor milenaria.
En su caminar por el pueblo, las familias avientan globos y confeti al paso del Niño Florero que va hasta el frente acompañando a estos floreros que peregrinarán en su honor.
Familiares los despiden porque saben que este camino no será fácil pero que acrecienta su fe y esperanza de obtener aquello que parece imposible.
Estos floreros iniciaron su peregrinar hacia las montañas, hasta llegar a los Altos de Chiapas, donde visitarán las comunidades de Navenchauc, Mitzitón y Multaho en busca de esta flor.
El reto de los floreros no es solo el peregrinar, el reto será soportar las temperaturas bajo cero de las comunidades de los Altos en esta temporada.
Las bromelias o Flor de Niluyarilo nacen en lo más alto de los árboles de esta región. Serán siete los días que los floreros están fuera de su casa, durmiendo a la intemperie, soportando frío, lluvias, incomodidades, con el único objetivo de cumplir su manda y traer sus docenas de flores para la iglesia, donde entregan una cantidad determinada y lo demás se les queda para su propio nacimiento o de familiares más cercanos.
El 21 de diciembre sus familiares esperan ir al encuentro de sus floreros al lugar conocido como la Topada de la Flor, que se encuentra a seis kilómetros del municipio para acompañarlos de regreso a casa tras cumplir la encomienda.

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Este jueves los cohetes anunciaban el inicio de la segunda tradición más importante de Chiapa de Corzo, el Niño Florero.
Foto: Alejandra Chávez