El sector de la moda apuesta por nuevos servicios para ser más ‘eco-friendly

Daniela Grajales NOTICIAS

Este fin de semana se realizó el quinto trueque de las integrantes de Community Closet, la cual es una agrupación de mujeres que llevan prendas de vestir y las intercambian por el mismo número de vestuario.
La cofundadora de Community Closet, Harumi Nakamura, destacó que la finalidad de este proyecto es darle una oportunidad a la ropa de segunda mano y dejar el consumo de la moda, que es una de las industrias que más contaminación genera.
En tanto, Paulina Fernández, también cofundadora de la agrupación, agregó que en estas fechas las tiendas departamentales se saturan, los precios se disparan y es complicado ir a las plazas comerciales por el embotellamiento vehicular, por ello hizo la invitación a participar en el trueque que se realizará este fin de semana.
“De una forma sustentable y además económica, ustedes vienen aquí con nosotras y se pueden llevar hasta 10 prendas completamente diferentes”.
Cabe recordar que hace 18 meses las jóvenes abrieron un grupo en Facebook denominada “Community Closet-Tuxtla”, que tiene como objetivo la compraventa e intercambio de ropa, accesorios y calzado de mujer de segunda mano, esta tienda es una extensión del grupo en línea de venta e intercambio de ropa de segunda mano.
Dentro de los objetivos está el dar un uso más alargado a estos artículos para disminuir el impacto ambiental.
Al paso del tiempo ya tienen más de siete mil integrantes. Todos los días se venden e intercambian cosas de segunda mano.
El grupo de Community Closet ha ido creciendo de diferentes formas, ahora, ya no solo existe la comunidad virtual, sino también se han realizado trueques y se abrió una tienda presencial.
En este espacio se encuentra ropa de segunda mano que las propias integrantes de la comunidad entregan para vender. En las mismas instalaciones se abrió el espacio de trueque permanente de ropa.
La nueva tendencia por la moda de segunda mano va en crecimiento y rompiendo prejuicios. Los consumidores, más conscientes del aporte sostenible de esta moda, apuestan por esta opción de compra que además rompe el prejuicio de catalogar la ropa de segunda mano como “gastada” y “fea”.
Estadísticas
Las Naciones Unidas informó que el sector textil es responsable del 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Esto ocasiona un aumento en la temperatura del planeta agravando las consecuencias del cambio climático. Se calcula en base a esto, que el 30% de los residuos plásticos en los océanos proceden también de esta actividad.
Para fabricar una camiseta de algodón de manga corta, se necesitan 2 mil 700 litros de agua limpia. Esto representa el uso de agua potable que puede tener una persona durante dos años y medio. Para unos jeans, se necesitan 7,500 litros de agua, lo que equivale al uso de agua potable de una persona adulta por siete años.
Una ayuda al medio ambiente
Las compras de segunda mano ayudan a reducir la contaminación química y de carbono. Según el portal Fashinnovation, los materiales textiles con los que se confecciona la ropa están llenos de pesticidas y tratados con productos químicos y tintes agresivos que son malos para el medio ambiente y la salud.
Esto también ayuda a reducir las emisiones de carbono, ahorrar recursos como agua y energía. También evita que la ropa vieja termine en vertederos o incineradores.
Rompiendo prejuicios
La ropa de segunda mano se catalogaba como barata, fea y una solución para las personas con poco dinero. Sin embargo, poco a poco esta percepción ha cambiado y los consumidores han reconocido la buena calidad que tienen estas prendas.