Daniela Grajales NOTICIAS

La meseta de Copoya es una formación natural, expertos aseguran que es un remanente de estructuras geológicas que estaban en toda esta zona. – Foto: Daniela Grajales

La meseta de Copoya es una formación natural, expertos aseguran que es un remanente de estructuras geológicas que estaban en toda esta zona, también es un pulmón y corredor natural de mucha importancia, al ser una zona de captación de agua subterránea, gran biodiversidad y culturalmente relevante, sin embargo tiene un peligro geológico.
Carlos Narcía López, docente e investigador de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach); mencionó que analiza las consecuencias en zonas inestables por la actividad sísmica en la meseta de Copoya.
“El proyecto es relacionar estas vibraciones con las zonas de peligro por derrumbes, estamos comenzando una segunda etapa, buscamos medir la cantidad de energía sísmica que libera la meseta de Copoya, cómo se mueve, cuál es la dinámica y cómo estos procesos generan la remoción de masas”, dijo.
Enfatizó que, cuando una familia hace una inversión para el patrimonio debe de fijarse, primero, en verificar los mapas de riesgo por derrumbes de la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, argumentó que se recomienda que sepan en dónde están comprando, destaca el investigador.
Expuso que las zonas de mayor peligro son las laderas de la meseta de Copoya, en donde los deslizamientos de tierra son los fenómenos que ocurren con mayor frecuencia.
“Estoy hablando de derrumbes que ponen en riesgo las diversas viviendas, el problema es que estos terrenos no son una zona apta para los proyectos considerados para la zona Metropolitana, y deben de analizarse definitivamente si queremos evitar riesgos de este tipo”, declaró.
El experto en sismología analiza las vibraciones en la meseta de Copoya desde un aspecto conocido por los especialistas como ruido ambiental, el cual se trata de las vibraciones naturales de la tierra, influenciados por las condiciones locales del suelo, con variables como la “profundidad, blandura” e incluso “la actividad cultural y social”.
Detalló que se tiene identificada la ladera sur de la meseta que se encuentra en la ciudad capital como la zona donde se ha presentado con más frecuencia la remoción de masas.
Sin embargo, puntualiza que es toda zona de transición entre la ciudad de Tuxtla Gutiérrez y Copoya, la que está determinada como una zona inestable por distintos procesos como lluvias y sismos, los cuales “pueden generar problemas en los terrenos y si ya están construidas casas, desde luego ya se han generado problemas estructurales, lo que representa una pérdida de recursos”.