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Carlos Sánchez – La población con depresión tiene miedo a ser estigmatizados.

De acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional de Bienestar Autorreportado del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), Chiapas ocupa el lugar número ocho a nivel nacional con síntomas de depresión, es decir, el 17.5 por ciento de la población total.
En este sentido, Nancy Zarate Castillo académica de la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH) e investigadora nivel 1 del Sistema Nacional de Investigadores, señaló que este padecimiento se acentúa con mayor frecuencia en las mujeres con un 6 por ciento, mientras que en los hombres con un 2.5 por ciento.
“Los trastornos afectivos incluidos la depresión lo presentan más las mujeres, son trastornos que se presentan más en las mujeres que tiene que ver con esta cuestión cultural pero los varones presentan más problemas antisociales y de adicciones que posiblemente después hay una depresión, una tristeza, pero no se reconoce precisamente por sus condiciones o el rol de género que se vive en la sociedad”, puntualizó.
En el marco del Día de la Lucha contra la de Depresión que se celebra el 13 de enero, la investigadora de la máxima casa de estudios del estado reveló que el 89 por ciento de las personas que padecen depresión están sin un diagnóstico, mientras que el 15 por ciento no puede acceder a un tratamiento médico, debido a que en Chiapas no hay suficientes instituciones y psiquiatras que atiendan con eficacia este trastorno.
También explicó que entre el primer síntoma que presenta un paciente depresivo pasan alrededor de 14 años para que visite un especialista, ya que la cultura de la población mexicana y chiapaneca confía más en los que “ramean”, en los sacerdotes, el espiritista, por miedo a ser estigmatizados como enfermos mentales.
Por ello explicó que todas las enfermedades, incluidas los trastornos mentales son considerados como un problema de salud pública y tienen el efecto de bola de nieve, ya que en muchas ocasiones empieza en menor escala y conforme pasa el tiempo el padecimiento crece si no se trata de forma adecuada.
“Puede empezar poquito, pero sí, conforme pase el tiempo; no hay que seguir la inercia del tiempo; no lo va a curar, sino al contrario, va a ir haciéndose cada vez mucho más grande y va a ser mucho más complicado atenderlo porque ya se va a mezclar con otros problemas”, manifestó.
Así mismo, Zarate Castillo alertó que en la actualidad no existe la depresión pura, sino que se combina con otros síntomas que dificultan el diagnóstico, ya que no solo se relaciona con el consumo de drogas o la ansiedad, “ahora un trastorno que se está presentando mucho en adolescentes es el Trastorno Límite de Personalidad que es muy complejo, difícil y que necesita, que requiere de una muy buena atención, diagnóstico y apoyo familiar”.
De no atenderse este problema de salud entre los mexicanos y los chiapanecos, la especialista dijo que además de agudizarse los casos de suicidios, también representa años de vida perdidos.
“El disfrute de la vida, pierden el sentido de la misma, pierden el sentido de la misma, no pueden conseguir un trabajo, lo que implica para la familia que está cuidando a los enfermos o con algún trastorno mental, es muy desgastante, se pierde de verdad muchos años de vida, ya sea el propio enfermo y la familia o el cuidador o cuidadora principal”, detalló.
Cabe destacar que la prevalencia de este trastorno en la población mundial es de alrededor 15 por ciento, mientras que el INEGI señala que en México 34.8 millones de personas han experimentado algún episodio depresivo en sus vidas, de este total 20.37 por ciento ha sido en mujeres y 14.48 por ciento en hombre.
Entre los síntomas que destacan son los son sentimientos de abatimiento, desesperanza, tendencia al llanto, también hay preocupación por la salud, la vida propia y de los familiares, pérdida de interés en lo que generalmente se disfrutaba o de dónde se obtenía placer, así como baja autoestima y culpa.