En Chiapas, de 2018 a 2022 hay mil 605 casos de niños y adolescentes desaparecidos

Daniela Grajales NOTICIAS

PIE DE FOTO. María Alicia Guillén Hernández es una madre de familia que desde hace diez años ha venido buscando a su hijo, Eduardo Meza Guillén, el día que fue sustraído tenía seis años. Foto: Daniela Grajales

María Alicia Guillén Hernández es una madre de familia que desde hace diez años ha venido buscando a su hijo, Eduardo Meza Guillén, el día que fue sustraído tenía seis años, fue un 21 de enero del 2012, cuando la vida de doña Alicia cambió por completo, ha recorrido morgues, fosas, oficinas judiciales, ha viajado aproximadamente a 26 estados, ella no se da por vencida, quiere encontrar a su hijo Lalito.
De acuerdo a la Red por los Derechos de las Infancias y Adolescencias (Redias), Chiapas registra de enero de 2018 a julio de 2022, mil 605 casos de niñas, niños y adolescentes desaparecidos.
Doña Alicia tiene archivos y expedientes con los que en la última década ha participado en mítines de madres de personas desaparecidas, para gritar los nombres de miles de desaparecidos.
Aunque el doctor le ha prohibido viajar, porque su salud se ha deteriorado por padecimientos gastrointestinales, diabetes e hipertensión que se agudizaron con el robo de su hijo, Guillén Hernández ha mostrado que el amor de una madre es más grande que la enfermedad.
Alicia Guillén señala que durante el gobierno de Manuel Velasco Coello, el expediente de su hijo desapareció, por lo que durante cuatro años las líneas de investigación quedaron en el olvido al no existir un archivo.
Ella indica que no sólo perdió a su hijo, sino todo su patrimonio de más de un millón de pesos, ya que tuvo que vender su vivienda, un terreno, un automóvil y pertenencias personales de las que se despojó para pagar todos los gastos que implica buscar a un ser querido.
Desde la impresión de lonas, volantes, hospedajes, pasajes de autobuses y de avión, y hasta el pago de videntes que llamaban a Alicia para asegurarle que sabían dónde estaba su hijo, aunque todo era una estafa.
María Alicia recuerda cómo un fiscal de la entonces Procuraduría General de Chiapas le dijo que ya no siguiera buscando a su hijo, pues solo perdía el tiempo y ya había pasado mucho tiempo sin que las investigaciones avanzaran.
Actualmente Eduardo tiene 16 años de edad y su madre lo sigue buscando.
“Que desaparezca un hijo es vivir con el más grande dolor, todo el día estoy pensando en mi niño; lo único que pido a las autoridades que sigan buscando a mi hijo; le pido al mundo entero que si alguien sabe de Lalito que denuncie. Él ya tiene 16 años”.
La organización Melel Xojobal, con sede en San Cristóbal de Las Casas, señala que, de 2020 a 2022, un total de 476 niñas, niños y adolescentes desaparecidos aún no son localizados, es decir, el 35.9 por ciento del total.
Esas cifras arrojan que, en el estado, durante 2018 ocurrieron dos desapariciones semanales, cifra que aumentó a una decena, por semana en lo que va de este 2022.
En tanto, 2021 fue el año mayor número de desapariciones ha sido 2021, con 629.
De los 1,605 casos en total, se han registrado, por año, desde 2018, alrededor de 319, casi un evento diario, advierte Red por los Derechos de las Infancias y Adolescencias en Chiapas (Redias), y agrega que cerca del 50 por ciento de reportes de desaparición se concentran en Tuxtla Gutiérrez, San Cristóbal de Las Casas y Tapachula.
Además, el informe de las organizaciones apunta que de la población desaparecida, cerca del 32 por ciento son indígenas, 65.7 mestizas y 1.9 migrantes, mientras que la edad más frecuente de las desapariciones de hombres y mujeres son los 15 años.