Por más de dos décadas, la organización ha construido una alternativa educativa desde la raíz de su lucha, superando el abandono institucional

Jhonatan González NOTICIAS

Por más de dos décadas, la organización indígena Las Abejas de Acteal ha construido una alternativa educativa desde la raíz de su lucha, superando el abandono institucional del Estado mexicano con un modelo propio que hoy se fortalece al llegar a la Tierra Sagrada de los Mártires.
Educar en medio de la guerra
Corría 1999 cuando, en medio del desplazamiento forzado de comunidades indígenas por la guerra de contrainsurgencia en Los Altos de Chiapas, niñas y niños quedaron sin escuela. Los padres y madres, organizados en la Sociedad Civil Las Abejas de Acteal, sabían que el derecho a la educación estaba siendo vulnerado —no sólo por las balas, sino por la indiferencia del Estado mexicano.
Fue entonces que decidieron crear su propio espacio de enseñanza: la escuelita tsotsil, nacida en los Campamentos Civiles por la Paz como respuesta a esa omisión estructural, desde ese momento, la educación se convirtió en una trinchera de resistencia.
Lo que empezó como una necesidad urgente, se transformó en un proyecto a largo plazo que hoy se conoce como el Proyecto Educativo Integral Alternativo Tsotsil (PEIAT), durante más de 20 años ha funcionado en el centro parroquial de Yabteclum, acompañando a jóvenes indígenas en la conclusión de su educación secundaria desde una perspectiva comunitaria, autónoma y profundamente vinculada a su cultura.
Una escuela para sembrar dignidad
El reciente traslado del PEIAT a Acteal, a la Tierra Sagrada de los Mártires —donde en 1997 ocurrió una de las masacres más cruentas contra indígenas en México— no es casual. Es simbólico y profundamente político: representa el acto de seguir sembrando vida en el mismo lugar donde se quiso imponer el terror. La escuelita, ahora en el corazón de la memoria colectiva, se convierte en un área formal de trabajo dentro de la organización, reafirmando su rol en la construcción de autonomía.
Lejos de replicar el sistema educativo oficial, el PEIAT busca formar generaciones con conciencia crítica, identidad cultural fuerte y un espíritu de noviolencia. Sus contenidos no sólo enseñan a leer y escribir, sino a resistir, a pensar en colectivo y a imaginar un mundo más justo. Las Abejas han rechazado la lógica de competencia, estandarización y obediencia que rige al sistema educativo nacional, y han optado por una pedagogía propia, nacida desde su cosmovisión maya tsotsil.
Una red de solidaridad
Este camino no lo han recorrido solas, figuras como Rafael Landerreche (QEPD), Luz Rodríguez y muchas otras personas solidarias han acompañado la formación de educadores y educadoras, donado materiales, compartido saberes y fortalecido la comunidad educativa.
Las Abejas no sólo han resistido la violencia institucional, sino que han tejido redes desde abajo, en lo local y lo global, apostando por la educación como herramienta de transformación.
Hoy, en tiempos de crisis civilizatoria y violencia estructural, la escuelita tsotsil no sólo sobrevive, sino que florece, es ejemplo de que otro modelo de educación es posible cuando nace del corazón de los pueblos, sin esperar migajas del mal gobierno.
Desde Acteal, las y los niños aprenden que el conocimiento es también una forma de defender la vida, la memoria y la dignidad, mas que una escuela, el PEIAT es un símbolo, una declaración viva de que los pueblos indígenas no necesitan permiso para educarse, organizarse y construir sus propios horizontes.
Las Abejas han convertido la violencia estatal en fuerza colectiva, la represión en semilla, y la educación en camino hacia la autonomía.
Desde la Tierra Sagrada de los Mártires, Las Abejas nos recuerdan que educar también es resistir, que en medio del olvido, se puede crear esperanza; que frente al despojo, florece la dignidad.

PIE DE FOTO:
La organización indígena Las Abejas de Acteal ha construido una alternativa educativa desde la raíz de su lucha, superando el abandono institucional del Estado mexicano
Foto. Jhonatan González