Luis Vallejo NOTICIAS

El ingeniero en electrónica y docente de la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH), Daniel González Escarpulli, señaló que aún cuando la inteligencia artificial (IA) está en constante avance no podrá superar a la naturaleza.
Comentó en entrevista que actualmente todo está programado en las redes neuronales, y se les indica qué hacer para obtener un resultado determinado, sin embargo, destacó que a algunas de estas se les puede pedir que busquen un resultado y ellas por sí solas lo desarrollan e incluso expandirlo como el Chat GPT.
“En la programación normal yo le tengo que dar el algoritmo, yo le tengo que decir ‘mira para que te dé esta salida tienes que seguir estos pasos’; bueno con la inteligencia artificial ya no tengo que hacer eso, yo le digo ‘esto tengo de entrada, encuentra la forma de llegar a la salida’ o sea digamos que la máquina genera su propio algoritmo y lo estructura de tal forma que nos lo presenta como si fuera un humano”, sostuvo.
Escarpulli quien imparte clases en el área de IA en la UNACH indicó que el tecnológico Massachusetts desarrolló una máquina con “sentimientos”, la cual podría ocuparse para cuestiones médicas al poder detectar cuando una persona se sienta mal.
“Rodney Brooks es el científico que desarrolló la teoría de la subsunción, estaba trabajando con este proyecto, una máquina con sentimientos, ¿por qué se buscar una máquina con sentimientos?, vamos a suponer que es un robot enfermera o enfermero y la persona necesita que alguien le de ánimos, entonces el sistema, la máquina tiene que detectar que la persona a lo mejor está deprimido y él hacer algo”, expuso.
El especialista mencionó que “Alexa”, asistente virtual desarrollado por Amazon suele preguntarle a sus usuarios si quieren que les cuente un chiste y resaltó que esta tecnología no es tan inteligente como la que emplea el Chat GPT.
En ese sentido, González Escarpulli destacó qué si bien esto puede parecer asombroso, las tecnologías desarrolladas por los seres humanos están muy lejos de poder siquiera igualar a la ingeniería de la naturaleza.
“Hay aviones que vuelan a 10 kilómetros de altura, a mil kilómetros por hora; bueno van a sacar uno que va a cruzar el Atlántico en tres horas, heredero del Concord, pero jamás un avión va a volar como vuela a un colibrí, adelante, atrás, arriba, abajo con esa rapidez; no, jamás se va a poder igualar”, dijo para finalizar.

Foto: Luis Vallejo

Pie: Indican que ya hay redes neuronales capaces de generar su propio algoritmo.