El Patrón de los Parachicos, Guadalupe Rubisel Gómez Nigenda, informa sobre los elementos significativos de la Danza del Parachico

Isabel Nigenda

Foto: Isabel Nigenda.
Pie de foto: Se transmitió en la fan page del Consejo la cápsula sobre la importancia de la Danza del Parachico.

Los Parachicos danzan en cada Fiesta Grande de Enero, la tierra canta en cada zapateado que dan, las calles resuenan como un corazón lleno de alegría, son ellos, los enmascarados los de chinchín en la mano que toman estos días para agradecer por un año más de vida, de salud y trabajo.
Debido a su importancia, a través del proyecto digital Cultura en Línea, del Consejo Estatal para las Culturas y las Artes de Chiapas (Coneculta), se transmitió en la fan page del Consejo la cápsula sobre la importancia de la Danza del Parachico, a cargo del Patrón de los Parachicos Guadalupe Rubisel Gómez Nigenda.
En dicha transmisión, informa el Patrón que a través de la danza se pide por las carencias, como dinero, salud y trabajo, o por agradecimiento a la abundancia que se tiene.
“Todo esto está dentro del mundo del Parachico, dentro del mundo espiritual: ¿qué le falta, y le sobra? Pide y agradece. Como al igual de las danzas del mundo, tiene una parte mística y espiritual que hace sacrificar nuestro cuerpo, ante los seres que estamos rindiendo”, comenta.
Asimismo, sostiene que empieza en la fiesta la danza, “para el chico, para el niño de María de Angulo, y la fusión de la palabra se convierte en la Danza de los Parachicos, que era para alegrar al niño”, añade.
De igual forma, en esta transmisión que aún puede verse en la fan page de la institución cultural, el Patrón da a conocer que, “el alabado que nosotros cantamos para entrar en transe o con el ser supremo, es el Nambujú (sic)”, indica.
“El Patrón empieza a cantar el Nambujú, los Parachicos contestan con loas cómo se sienten, para sacar toda la energía, y el Patrón se pone en contacto con los Parachicos. También tenemos el son de Salida, de Chuntá, de María de Angulo; luego inician los zapateados básicos: Torito, Caballo Blanco y Jabalí”.