Un viaje a la Antigua Ciudad Tarasca
Karla Gómez NOTICIAS
El renovado Museo de Sitio de la Zona Arqueológica de Tingambato, en Michoacán, ofrece una experiencia única para quienes buscan adentrarse en la rica historia de la región. A través de una nueva puesta en escena, que incorpora los últimos hallazgos del proyecto arqueológico, los visitantes pueden explorar la vida de la antigua ciudad tarasca, que floreció entre los siglos I y IX d.C.
Uno de los grandes atractivos del museo es la exhibición del ajuar de la «princesa guerrera», una tumba descubierta en 2012 que contiene casi 19,500 piezas de piedras verdes y azules, conchas y cinco lanzadores de atlatl. Este descubrimiento, único en su tipo, es complementado con una reconstrucción 3D del ajuar, que tardó más de diez años en completarse. La princesa guerrera, una joven de entre 15 y 19 años de edad, con deformación craneal y modificación dental, es un símbolo de la vida y las costumbres funerarias de la época.
El director de las excavaciones, José Luis Punzo Díaz, quien ha trabajado en el sitio desde 2013, señala que las investigaciones en Tingambato comenzaron en 1978, pero fue en 2015 cuando, mediante dataciones radiocarbónicas, se confirmó la ocupación continua de este asentamiento durante más de nueve siglos. Localizada en la meseta Tarasca, Tingambato se transformó en un importante centro urbano hacia 600 d.C., cuando se renovaron las principales estructuras ceremoniales y administrativas, muchas de las cuales todavía pueden apreciarse en el sitio.
Una de las características más destacadas del renovado museo es el uso de tecnología avanzada, como el LiDAR (teledetección por luz láser), que ha permitido crear modelos tridimensionales del sitio arqueológico. Esto ha facilitado un recorrido virtual por la ciudad de Tingambato, permitiendo al público explorar sus espacios más allá de las tres hectáreas abiertas al público, revelando que los vestigios del asentamiento se extienden por más de 90 hectáreas.
Además de su arquitectura y sus tumbas, el museo ofrece una visión integral de la vida cotidiana de los habitantes de Tingambato, abarcando su entorno natural, sus costumbres funerarias, y su caída hacia el final del periodo Epiclásico, alrededor de 900 d.C., posiblemente debido a eventos vulcanológicos.
El renovado Museo de Sitio no solo destaca la riqueza cultural de los antiguos tarascos, sino que también rinde homenaje a los arqueólogos y colaboradores que han dedicado años a desenterrar y reconstruir la historia de esta fascinante ciudad. Desde los pioneros Román Piña Chan y Kuniaki Ohi hasta los técnicos que han trabajado con las nuevas tecnologías, el museo resalta el esfuerzo colectivo que ha permitido conservar y dar a conocer este patrimonio invaluable.
La Zona Arqueológica de Tingambato, junto con su renovado museo, ofrece una ventana única al pasado, invitando a los visitantes a explorar los misterios de una de las ciudades más importantes del occidente de México.
Foto: Karla Gómez
Pie de foto: El renovado Museo de Sitio no solo destaca la riqueza cultural de los antiguos tarascos, sino que también rinde homenaje a los arqueólogos y colaboradores que han dedicado años a desenterrar y reconstruir la historia.