Páez, en su característico estilo poético, comparte con el lector los momentos más íntimos de su vida

Isabel Nigenda Noticias

De niño conocí el olor de la muerte. Así comienza el viaje introspectivo del cantautor argentino Fito Páez en sus memorias, un recorrido íntimo a través de cuatrocientas páginas cargadas de emociones, cultura pop, reflexiones profundas y recuerdos vívidos. En un mundo convulsionado por la pandemia, Páez encontró en la escritura una forma de dar sentido a su pasado y su presente, de repasar episodios, ajustar cuentas y compartir sus aventuras y desventuras en una narración que rebosa de autenticidad.
Desde su infancia rosarina, narrada con maestría en un travelling de palabras, hasta su apogeo juvenil con el icónico álbum «El amor después del amor», las memorias de Fito Páez se extienden como los mejores caminos: largos y sinuosos, repletos de escenarios, nombres, lugares, anécdotas, viajes, homenajes y emociones encontradas. Pero sobre todo, marcados por la tragedia y el amor que enmarcan su relato como una rapsodia, una sinfonía de vivencias que culmina en una larga canción perfectamente afinada.
Páez, en su característico estilo poético, comparte con el lector los momentos más íntimos de su vida, desde sus primeros encuentros con la muerte en el cementerio El Salvador, donde su padre lo llevaba a visitar la tumba de su madre, hasta la trágica pérdida de su madre y su hermana, y el impacto que estas experiencias tuvieron en su vida y su música.
El relato avanza hacia su encuentro con la música, el arte que lo liberó y lo impulsó a explorar nuevas dimensiones de sí mismo. Fue en un concierto en 1976 cuando los dioses le susurraron que su destino estaba entrelazado con la música, y desde entonces decidió abrir su corazón a esta pasión que lo ha definido.
En medio de las páginas de sus memorias, Páez nos lleva de la mano por su mundo afectivo, haciendo una pausa para hablar sobre la actriz Cecilia Roth y cómo su vida se cruzó con la de ella de formas inesperadas. Con detalles vívidos y una prosa emotiva, nos relata un encuentro único y fugaz, un instante donde el amor y la música se entrelazaron en un baile de emociones.
El autor rinde homenaje a su pasado, su familia y su ciudad natal, pero también a los escenarios que lo han acompañado en su carrera artística y a las personas que han sido parte de su trayectoria. El libro se convierte en un recorrido no solo por la vida de Fito Páez, sino también por la historia reciente de Argentina y la música latinoamericana.
Así es como Fito Páez, en pleno encierro pandémico, transformó sus recuerdos en un ejercicio de introspección «prodigioso», como él mismo lo describe. Sus memorias no solo son un regalo para sus seguidores, sino también una ventana a la complejidad de la existencia humana, llena de altibajos, amor, dolor y redención. «Aquí, este errático intento de escritura de lo que creo, imaginé o me contaron de mi vida», expresa en el prólogo, invitando al lector a unirse a su viaje emocional. Y así, concluye con una promesa que resuena en el corazón de quienes han compartido sus experiencias: «Continuará…».

Foto: Cortesía.
Pie de foto: Fito Páez, en pleno encierro pandémico, transformó sus recuerdos en un ejercicio de introspección.