Descubriendo un tesoro ancestral

Isabel Nigenda Noticias

La riqueza cultural y simbólica de la antigua Tenochtitlan continúa revelándose en suelo mexicano. La Secretaría de Cultura del Gobierno de México, en colaboración con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), ha desenterrado un tesoro histórico en la Zona Arqueológica del Templo Mayor, en el corazón del Centro Histórico de la Ciudad de México. Una ofrenda de consagración, asociada con la época del gobernante Moctezuma Ilhuicamina (1440-1469 d.C.), ha salido a la luz, arrojando luz sobre la manera en que los soberanos mexicas expresaban la riqueza de sus territorios conquistados a través de ofrendas sepultadas en el Recinto Sagrado.
La ofrenda, denominada Ofrenda 186, ha sido meticulosamente explorada por el equipo del Proyecto Templo Mayor (PTM), liderado por el arqueólogo Leonardo López Luján. Este hallazgo se ha producido en el marco del programa de conmemoración del centenario del nacimiento de Héctor García Cobo (1923-2012), un fotógrafo crucial para la historia visual y cultural del México moderno.
Ubicada en la plataforma de la fachada trasera del Huei Teocalli, esta ofrenda ha arrojado un descubrimiento de gran relevancia histórica. La caja de ofrenda asociada a la etapa IVa del Templo Mayor, que data de la época del primer Moctezuma, contiene 14 esculturas antropomorfas masculinas y una miniatura de una figurilla femenina.
Las esculturas, talladas en piedras metamórficas verdes, presentan características esquemáticas típicas del estilo Mezcala de la sierra norte de Guerrero. La singularidad de este hallazgo radica en que las figurillas Mezcala, que fueron objeto de conquista durante el mandato de Moctezuma Ilhuicamina, ya eran reliquias con más de 1,000 años de antigüedad cuando los mexicas las adquirieron. Se presume que estas figurillas eran utilizadas como efigies de culto, que los mexicas apropiaron como botín de guerra y les otorgaron una nueva significancia religiosa.
Enriqueciendo aún más el hallazgo, los arqueólogos descubrieron restos de pintura facial alusiva al dios de la lluvia, Tláloc, añadida por los mexicas a una de las esculturas Mezcala. Además de las esculturas, la Ofrenda 186 contenía dos pendientes en forma de serpientes de cascabel y 137 cuentas de distintas piedras metamórficas verdes, así como elementos de material calcáreo, conchas, caracoles y corales provenientes de las costas del océano Atlántico.
El hallazgo de esta ofrenda brinda una ventana única hacia las prácticas culturales y religiosas de la antigua Tenochtitlan. Reforzando la idea de que las ofrendas tenían una intención simbólica y religiosa profunda, este descubrimiento sugiere que los mexicas almacenaban en estas «petacas de piedra» los símbolos del agua y la fertilidad que eran esenciales para su cosmovisión.
Este revelador hallazgo no solo arroja luz sobre el pasado ancestral de México, sino que también demuestra cómo la colaboración entre la Secretaría de Cultura, el INAH y los arqueólogos contribuye al continuo descubrimiento de tesoros ocultos en el suelo de la Ciudad de México. Con futuras exploraciones en mente, el Proyecto Templo Mayor se prepara para remover temporalmente una cabeza de serpiente en el Templo Mayor para seguir explorando bajo su base y descubrir más secretos de la historia prehispánica de la región.

Foto: Cortesía.
Pie de foto: El hallazgo de esta ofrenda brinda una ventana única hacia las prácticas culturales y religiosas de la antigua Tenochtitlan.