A un año del fallecimiento del fotógrafo e investigador del CESMECA de la UNICACH

Isabel Nigenda Noticias

Foto: Fabián Vidal, colaboración. Pie de foto: Homenaje a Efraín Ascencio.

Hablar de Efraín Ascencio Cedillo, implica evocar la ternura del asombro, la misma que procura hacer un giño amistoso a quien observa sus fotografías o hace una revisión en su trabajo como promotor cultural, investigador, amigo y buen escucha.
De acuerdo a datos biográficos, Efraín Ascencio es recordado por desempeñarse como Fotógrafo, antropólogo y sociólogo por la Universidad de Guadalajara. Fue investigador y profesor en el Centro de Estudios Superiores de México y Centroamérica de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (CESMECA- UNICACH), donde participó en el Cuerpo Académico Sociedad y Cultura en Fronteras. Fue fundador y director de la revista LiminaR: Estudios sociales y humanísticos y miembro del Colectivo de Fotógrafos Independientes desde 2003. Coordinó, junto con Martín de la Cruz López Moya y Juan Pablo Zebadúa Carbonell, el libro Etnorock. Fue imiembro activo del colectivo independiente TragameLuz. Ha publicado artículos sobre consumo cultural, música popular y antropología urbana. Fue coordinador del Laboratorio Audiovisual de Investigación Social y Experimentación (LAUD). Colaboró realizando vínculos con proyectos fotográficos para el Festival Internacional de Teatro y Tradiciones Nativo Americanas (FITTNA).
Precisamente, el Colectivo de Fotógrafos Independientes TragameLuz, lo reconoció y reconoce como un gran fotógrafo, pues logro tener un estilo propio, el cual da cuenta de su visión de la realidad, esta dada desde el asombro.
Así mismo, es recordado por su actividad como promotor cultural, en este sentido busco emitir acciones acordes a su rol, por lo que participo en la fundación de la Revista Liminar, Estudios Sociales y Humanísticos, de la que fue director en 2009 hasta 2011.
Igualmente, en el CESMECA, creó el Laboratorio Audiovisual de Investigación Social y Experimentación (LAUD), en 2012, con el objetivo de realizar aportes a los trabajos de investigación y promover la vinculación regional a través de cursos, talleres y exposiciones de fotográficas y cinematográficas.
«Arte-ridades juveniles. Prácticas creativas y agencias culturales», fue uno de los últimos libros en que colaboró con sus compañeros de la línea de investigación “Culturas Urbanas y Alteridades” es una muestra más de cómo su estilo fotográfico ha dado identidad a la producción editorial del Centro.
Martín de La Cruz López Moya, colega y amigo cercano, procura ser objetivo al consignar que en este volumen Ascencio Cedillo “se despide —sin saberlo— con estupendo artículo en que tiene la humildad de destacar el trabajo de dos valiosas artistas de la lente, Maruch Sántiz y Mariauxilio Ballinas”.
“En las obras de estas fotógrafas chiapanecas se entraman visualidades e intimidades de espacios comunitarios localizados en Los Altos de Chiapas y de lugares de la ciudad y experiencias urbanas en Tuxtla Gutiérrez”, escribió Efraín bajo el título “La foto y los nuevos imaginarios visuales. De la otredad a la autorrepresentación fotográfica en Chiapas”.
“Los jóvenes fotógrafos del incipiente siglo XXI son poseedores de voz propia y se mueven, según su proyecto creador, desde las pretensiones tradicionales hasta las rupturas y acercamientos drásticamente insólitos y radicalmente llenos de cualidades artísticas, comunitarias o no”, detalla con un tono de satisfacción.
De sus últimas colaboraciones fue la coedición de “NETFLIX. Una pantalla que te saca de aquí”, libro que parte de la idea de la evasión hacia otra realidad a través de una pantalla, específicamente de los servicios de streaming.
Aquí María Teresa Garzón Martínez y Martín de la Cruz López Moya le dirigen un agradecimiento: “Efraín Ascencio Cedillo, colega, maestro y amigo, quien, con su amplia generosidad, nos compartió su especial sensibilidad por las imágenes, el cine, la televisión y las diversas narrativas que ahí se van entramando. Su seducción por ver, escuchar y conversar, siempre acompañado de un buen café y una sonrisa honesta, hicieron que se fuera gestando esta aventura colectiva”.