Dejó una huella en la música tradicional y clásica mexicana
Isabel Nigenda Noticias

En Chiapa de Corzo, nació un virtuoso de la marimba que llevaría el nombre de México a los escenarios más prestigiosos del mundo. Zeferino Nandayapa Ralda, conocido simplemente como Zeferino Nandayapa, dejó una huella en la música tradicional y clásica mexicana, convirtiéndose en uno de los marimbistas más influyentes y respetados de todos los tiempos. Su legado perdura no solo en las notas de su marimba, sino en el corazón de todos los que tuvieron el honor de escucharlo.
Nacido el 26 de agosto de 1931, Nandayapa mostró su afinidad por la marimba desde una edad temprana. Su padre, hábil constructor de marimbas, le creó una versión en miniatura para que jugara cuando tenía tan solo tres años. A los siete años, ya estaba tocando melodías en la marimba y liderando el grupo infantil «Los Muchachitos», que se especializaba en interpretar música popular. Desde sus primeros pasos en el mundo de la música, quedó claro que Nandayapa tenía un talento excepcional que pronto trascendería las fronteras de su ciudad natal.
A los quince años, Nandayapa dejó Chiapa de Corzo para buscar una educación musical más formal en la Ciudad de México, donde se matriculó en el Conservatorio Nacional de Música. Allí, bajo la dirección de figuras destacadas como Blas Galindo y el maestro Carlos Chávez, Nandayapa continuó perfeccionando su técnica y expandiendo sus horizontes musicales. A pesar de sus desavenencias iniciales con Chávez sobre la adaptación de su música para marimba, Nandayapa demostró su capacidad única para llevar obras clásicas de compositores como Bach y Mozart a este instrumento tradicional mexicano.
El año 1960 marcó un hito en la carrera de Nandayapa, ya que fundó el Cuarteto Clásico Nandayapa. Este grupo no solo mostró su destreza como solista, sino que también demostró su capacidad para colaborar y fusionar estilos musicales diversos. En 1972, su talento lo llevó a los escenarios internacionales, cuando interpretó una versión magistral de la Tocata y Fuga en Re Menor, BWV 565, de Bach, en los Juegos Olímpicos de Múnich.
Sin embargo, su carrera no se limitó a las presentaciones en solitario. Nandayapa también se destacó como solista con la Orquesta Sinfónica Nacional de México y tuvo el honor de ser parte de la Orquesta Filarmónica Real en Londres y la Orquesta de la Comunidad de Madrid en España. A pesar de su éxito en el ámbito internacional, nunca perdió el vínculo con la música tradicional y popular mexicana. Interpretó con pasión y maestría sones de Chiapas, Oaxaca y Veracruz, así como las canciones icónicas de compositores mexicanos como Agustín Lara y Armando Manzanero.
Su legado no solo se refleja en su música, sino también en los reconocimientos que recibió a lo largo de su vida. En 1990, fue galardonado con el Premio Chiapas, y en 1996, recibió el prestigioso Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Artes y Tradiciones Populares. Su ciudad natal lo honró declarándolo «ciudadano distinguido» en 2009, y el «Día de la Marimba Zeferino Nandayapa» se celebra en Chiapa de Corzo el 9 de febrero en su honor.
La trágica noticia de su fallecimiento el 28 de diciembre de 2010 dejó un vacío en el mundo de la música. Nandayapa sufrió una caída que resultó en una lesión en la base del cráneo y una inflamación cerebral. A pesar de su partida, su legado continúa vivo a través de sus hijos Javier, Norberto y Oscar, quienes continúan dirigiendo y representando a la Marimba Nandayapa.
El 9 de noviembre de 2017, su influencia en el mundo de la percusión se cristalizó cuando fue incluido en el Salón de la Fama de la Sociedad de Artes Percusivas en Indianápolis, Estados Unidos. Este honor lo convirtió en el primer músico mexicano y el quinto marimbista en ingresar a este prestigioso salón.
Zeferino Nandayapa Ralda trascendió las barreras de su instrumento y de su país, llevando la marimba mexicana a nuevas alturas y compartiendo su pasión por la música con audiencias de todo el mundo. Su virtuosismo, su dedicación y su amor por la música lo convierten en un ícono que seguirá inspirando a las generaciones venideras de músicos y amantes de la música tradicional y clásica.
Foto: Cortesía.
Pie de foto: Zeferino Nandayapa Ralda trascendió las barreras de su instrumento y de su país.