La historia de «Hikuri» se centra en una joven wixárika que se encuentra en una encrucijada crucial
Isabel Nigenda Noticias

En el marco de la segunda edición de la convocatoria «Huellas verdes: Concurso de creación de cortometrajes con mejores prácticas para reducir su impacto ambiental», impulsada por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Centro de Capacitación Cinematográfica, A.C. (CCC), ha surgido una joya cinematográfica que no solo destaca por su excelencia artística, sino también por su compromiso con la naturaleza y la cultura. «Hikuri», un cortometraje producido bajo esta iniciativa, ha sido merecedor de reconocimientos y ha dejado una huella imborrable en el Encuentro Internacional de Artes y Ciencias Cinematográficas en México, celebrado en Hidalgo.
Este cautivador cortometraje, dirigido por Sandra Ovilla León, toma vida en la comunidad wixárika de El Roble, ubicada en el municipio de El Nayar. Una trama conmovedora se desarrolla en este entorno, contada con la participación tanto de talento nayarita como de miembros de la comunidad wixárika, quienes desempeñan roles en frente y detrás de la cámara.
La historia de «Hikuri» se centra en una joven wixárika que se encuentra en una encrucijada crucial. Debe decidir entre sembrar las últimas semillas de peyote legadas por su abuela o abandonar su comunidad. La trama se intensifica al revelar que la comunidad ha sido envenenada y devastada por la actividad minera, que ha contaminado sus fuentes de agua. Este dilema presenta un poderoso contraste entre la preservación de las tradiciones y la lucha por la supervivencia en un entorno impactado por la actividad humana.
El valor de «Hikuri» se ha visto respaldado por su éxito en el Encuentro Internacional de Artes y Ciencias Cinematográficas en Pachuca, Hidalgo, donde recibió el prestigioso galardón al Mejor Cortometraje de Ficción. La noticia de los premios, que abarcan diversas categorías, se anunció el pasado 21 de agosto, consolidando aún más el impacto de esta producción.
Este cortometraje no solo brilla por su narrativa y calidad visual, sino también por su compromiso con la sostenibilidad y el medio ambiente. La Residencia Huellas Verdes, llevada a cabo en el Complejo Cultural Los Pinos, proporcionó las bases para la producción de «Hikuri», incorporando aprendizajes destinados a reducir el impacto ambiental de la creación cinematográfica. El equipo detrás de «Hikuri» estableció una colaboración estratégica con la Universidad Autónoma de Nayarit, permitiendo la gestión adecuada de los desechos generados durante el rodaje.
Este logro cinematográfico no se detiene aquí. «Hikuri» se prepara para cautivar a audiencias más amplias, ya que está programado para ser presentado en el Festival Internacional de Cortometraje Shorts México, que se llevará a cabo en septiembre en la Ciudad de México y otras localidades del país. Este evento brindará una plataforma para que esta conmovedora historia y su mensaje lleguen a personas de diversas partes del mundo.
El concurso «Huellas verdes» no solo ha fomentado la creación cinematográfica comprometida con el medio ambiente, sino que también ha catalizado la formación y producción en esta área. A través de tutorías y acompañamiento de expertos en la industria cinematográfica y audiovisual, los participantes han adquirido conocimientos en guion, producción, cinefotografía y otros aspectos fundamentales. Desde la preproducción hasta la postproducción, este programa integral abarca todos los aspectos de la creación de un cortometraje, incluidos los aspectos jurídicos y de difusión.
«Hikuri» es solo uno de los ejemplos sobresalientes que ha surgido de esta iniciativa. Los cortometrajes producidos bajo la convocatoria «Huellas verdes» han destacado en festivales de cine en ocho países, incluidos Argentina, Bolivia, Chipre, Estados Unidos, Francia, Italia, Polonia y Serbia, además de México. Esta diversidad geográfica es un testimonio del impacto global y universal de estas producciones, que se han hecho eco de historias vitales y comprometidas con la sostenibilidad.
Con una duración de 17 minutos, «Hikuri» es mucho más que un cortometraje. Es una ventana a un mundo cultural y ambientalmente consciente, un testimonio de la colaboración entre diversas comunidades y talentos, y una celebración de la creatividad que puede florecer cuando la narración poderosa se une con la pasión por un planeta más saludable. La dirección y el guion de Sandra Ovilla León, así como la dedicación de todo el equipo detrás de esta producción, han dado como resultado un logro cinematográfico excepcional que continuará resonando mucho después de que las luces de la pantalla se apaguen.
Foto: Cortesía.
Pie de foto: Este cautivador cortometraje, dirigido por Sandra Ovilla León, toma vida en la comunidad wixárika de El Roble.
