En Chiapas, la danza El Alcaraván, es un baile que gira en torno a una metáfora de una declaración de amor. Según la cronista de Tonalá Sofía Mireles Gavito, Martha Arévalo Osorio decía que en dicha danza se veía retratada, es decir, Martha Arévalo era el alcaraván, aquella ave de escenario que derrochaba amor, sensualidad y ternura.


De acuerdo a la cronista, Martha Arévalo Osorio nació el 16 de septiembre de 1930 en San Fernando, y falleció el 21 de agosto de 2014. Durante su carrera profesional, se destacó por ser la creadora de los principales bailes folclóricos de Chiapas y ser la fundadora del Ballet Folclórico de la Unach (1975). Igualmente, fue actriz de teatro, actuó en varias obras, como “La Rebelión de los Colgados”, dirigida por su esposo Luis Alaminos Guerrero. Con dicha obra, obtuvieron el 1er. Lugar en el X Concurso Nacional del INBA.


Martha Arévalo, fue una mujer multifacética, por lo que fue escritora de cuentos. Sofía Mireles da a conocer que Arévalo publicó más de 20 cuentos en la revista de la UNACH. Creó alrededor de 45 danzas folclóricas e investigó un promedio de 15 danzas. Entre sus creaciones de tipo mestizo están: El Alcaraván, El Pirí, La Tortuga del Arenal, Palenque, El Cachito y el Rascapetate, La Maruncha, Sones de Ixtapa y Soyaló, Nic-Té, El Jabalí, El Niño Dormido, Caminito y Bolonchón, Ecos del Grijalva, El Llorón, La Tonalteca, El Gallito, Sones Chiapanecos, El Riíto, Zapateado del Padre Rubén, El Pañuelo Rojo, entre otros.


La creación de dichas piezas son el resultado de un proceso minucioso de observación de los movimientos y actitudes corporales y el sentir de aquellas personas que Martha Arévalo solía contemplar y escuchar sus historias. Sofia Mireles, menciona que la artista solía buscar e investigar las danzas de los pueblos de Chiapas con un antropólogo, lo que le permitiría recrear en las coreografías el contexto cultural de una tradición llevada al escenario.