Las bailarinas que formaron parte de la Compañía Nacional de Danza

Isabel Nigenda Noticias

La danza es un arte que trasciende el tiempo y la edad, y en un emotivo encuentro bajo el programa «Bienvenido a tu casa», Sandra Bárcenas e Irma Morales, ex primeras bailarinas de la Compañía Nacional de Danza, han compartido sus invaluables experiencias y pasión por el ballet. Este proyecto, creado con la intención de acercar a todas las edades al mundo del arte del movimiento, brinda la oportunidad de explorar la rica historia de esta forma de expresión a través de las voces que la han enriquecido.
La charla, moderada por la también talentosa bailarina Isabel García, se centró en los caminos que llevaron a Bárcenas y Morales a convertirse en primeras bailarinas de la prestigiosa Compañía Nacional de Danza. La entrega incansable, el arduo entrenamiento y la autodeterminación para audicionar y luchar por roles que inicialmente no les estaban destinados, emergieron como pilares clave en sus ascensos.
Bárcenas compartió sus memorables anécdotas, revelando cómo su determinación y confianza en sí misma la impulsaron a superar obstáculos. «Ya tienes el ‘no’, busca el ‘sí'», era el lema que la motivaba. Recordó una audición para el ballet «El lago de los cisnes», donde, a pesar de no estar en la lista, tomó la iniciativa de pedir una oportunidad y demostrar su talento. Su enfoque valiente y su amor por el trabajo la llevaron a bailar papeles icónicos como el Cisne Negro y Julieta en «Romeo y Julieta». «Siempre he dicho que el trabajo es lo que te va a sacar adelante», enfatizó.
Morales compartió una perspectiva similar, destacando cómo las lesiones de otros bailarines le brindaron oportunidades para demostrar su habilidad y dedicación. Los concursos de ballet se convirtieron en un escenario donde midió su talento frente a bailarines de escuelas de renombre como el Kirov y el Bolshoi. A pesar de los desafíos, Morales nunca dudó en su dedicación a la danza y enfatizó la necesidad de disciplina y entrega total para triunfar en esta profesión exigente.
Cuando se les cuestionó si alguna vez consideraron abandonar el ballet debido a las dificultades, ambas coincidieron en que su pasión y determinación las mantuvieron enfocadas en sus objetivos, superando cualquier adversidad que se interpusiera en su camino. Además, compartieron que se sienten más cómodas en el repertorio clásico que en el contemporáneo.
El retiro de los escenarios fue otro momento destacado en sus carreras. Bárcenas y Morales se despidieron con gracia y dignidad en papeles que eligieron cuidadosamente. Bárcenas interpretó «Onegin», acompañada por su pareja, el maestro Raúl Fernández, mientras que Morales eligió «Romeo y Julieta» como su despedida.
El legado de estas talentosas artistas no terminó con su retiro de la interpretación. Ambas se adentraron en la enseñanza y la preparación de futuros bailarines. Con compromiso y pasión, han compartido su conocimiento y experiencia en la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea (Endcc), así como en sus propias compañías, Danza Studio14 e Irma Morales Dance Studio.
La conversación con Sandra Bárcenas e Irma Morales destila la esencia misma del ballet: perseverancia, pasión y la búsqueda constante de la excelencia. Sus trayectorias inspiran a las nuevas generaciones a abrazar el arte del movimiento con dedicación y determinación, y su legado continúa vivo en cada paso que dan sobre el escenario y en el salón de clases.

Foto: Cortesía.
Pie de foto: La danza es un arte que trasciende el tiempo y la edad.