Karla Gómez NOTICIAS

A 80 años de la tragedia ocurrida en Hiroshima y Nagasaki, la obra “Las niñas y los niños de papel” llega a la cartelera teatral como una propuesta sensible que invita a reflexionar, desde el arte, sobre las consecuencias humanas de la guerra. Este montaje, dirigido a niñas, niños y jóvenes, se presenta del 19 de julio al 14 de septiembre, todos los sábados y domingos a las 13:00 horas, en la Sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque.

La puesta en escena es una producción de Mondomeraki, en colaboración con la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), a través de la Coordinación Nacional de Teatro. Escrita por Luisa Aguilar y dirigida por ella junto a Adolfo García, la obra utiliza teatro de títeres y objetos para ofrecer un recorrido por la vida cotidiana de la población civil antes y después de los bombardeos atómicos en Japón.

Narrada por Masaki, un anciano que decide romper el silencio sobre su infancia marcada por la guerra, la obra da voz a los hibakusha (personas sobrevivientes de las bombas atómicas) mediante una historia que apuesta por la resiliencia, la memoria y la esperanza. A través de la metáfora del juego “piedra, papel o tijera”, los creadores construyen una analogía simbólica donde la piedra representa al poder, la tijera al ejército y el papel a la población civil.

El montaje destaca por su uso del teatro de objetos, con elementos como dibujo en vivo, cajas de luz, y títeres manipulados bajo la técnica bunraku, que proviene de la tradición japonesa. La propuesta visual es obra de Adolfo García, quien también diseñó los títeres y los cortes de papel. La música original, a cargo de David Almaga, incorpora instrumentos tradicionales japoneses como el sanshin, creando una atmósfera sonora envolvente.

“Las niñas y los niños de papel” es resultado de tres años de investigación artística. Inspirados por un taller con Katy Deville, fundadora del teatro de objetos, sus creadores decidieron construir el lenguaje de la obra a partir de los materiales más simples, cargados de significado simbólico.

El espectáculo está recomendado para mayores de 10 años, y busca abrir espacios de diálogo y reflexión entre las infancias y juventudes sobre el valor de la paz. Como afirman sus creadores, “los niños y niñas de hoy serán los adultos del futuro, y es a través de ellos que podemos imaginar sociedades más justas y pacíficas”.

Foto: Karla Gómez

Pie de foto: El montaje destaca por su uso del teatro de objetos.