Karla Gómez NOTICIAS

El pasado fin de semana, el Teatro de las Artes del Centro Nacional de las Artes (Cenart) se llenó de emoción con el estreno de Juan y Adelita, ópera escrita por Enrique Quezadas, que forma parte del movimiento artístico conocido como el Renacimiento mexicano. La obra, completamente cantada en español y con música en vivo, conquistó al público con su historia moderna, sensible y profundamente arraigada en la cultura nacional.
Bajo la dirección musical de Eduardo García Barrios con la Orquesta Escuela Carlos Chávez, y el acompañamiento del Coro Sinfónico del Sistema Nacional de Fomento Musical, dirigido por Alejandro León, la ópera brindó una experiencia sonora vibrante. La dirección escénica de Gilberto Guerrero dotó al montaje de una atmósfera mágica que transportó a los asistentes al Chapultepec ancestral, centro simbólico y emocional del relato.
La historia de Juan y Adelita gira en torno a dos jóvenes comprometidos con la ecología que luchan por proteger un árbol milenario de los planes destructivos del empresario Talamontes Mercado. La narrativa se entreteje con elementos míticos y oníricos, en los que aparece la figura de Tonantzin, deidad mesoamericana que guía y protege desde el mundo de los sueños.
El elenco estuvo encabezado por Jacinta Barbachano (Adelita), Enrique Guzmán (Juan), Paola Gutiérrez (Clara) y David Echeverría (Sancho), acompañados por Enrique Ángeles, Gerardo Reynoso, Aida López, Silverio Palacios y Antonio Rojas. Las voces y las actuaciones cautivaron a una audiencia diversa, que celebró tanto el mensaje como la cercanía emocional del montaje.
“Muchas óperas se me hacían aburridas por estar en otro idioma, pero esta me atrapó desde la primera aria”, compartió una espectadora. Opiniones como la suya se repitieron entre jóvenes y adultos que destacaron el impacto de una obra cantada en español, accesible y emotiva.
Más allá del romance, Juan y Adelita plantea una reflexión sobre el despojo del territorio, la corrupción y el valor de la memoria colectiva. La figura del anciano y los sueños con Tonantzin conectan el presente con el pasado indígena, recordando que cuidar la tierra es también cuidar el alma, la historia y la comunidad.
Con el apoyo de Efiartes, la ópera se presentará hasta el 15 de junio de 2025, a las 18:00 horas. Un montaje que demuestra que la ópera mexicana puede ser política, poética y profundamente actual.
Foto: Karla Gómez
Pie de foto: La figura del anciano y los sueños con Tonantzin conectan el presente con el pasado indígena, recordando que cuidar la tierra es también cuidar el alma, la historia y la comunidad.