Esta iniciativa no solo preserva la historia, sino también fortalece los lazos de la comunidad

Karla GómezNOTICIAS

Hace unos meses, el padre Gabriel Parga Terrazas agradeció la autorización de recursos humanos y financieros para intervenir cinco esculturas devocionales en Baborigame, Chihuahua. En su mensaje, dirigido a la Secretaría de Cultura federal, el INAH y la Embajada de Suiza, destacó la importancia de estas imágenes para la comunidad tepehuana del norte, quienes tienen una relación especial con los santos, personalizando su fe al dirigirse a ellos en su lengua nativa.

Gracias a la gestión de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC), se obtuvieron 12,290 francos suizos, equivalentes a más de 280,000 pesos, para restaurar estas piezas. Las esculturas, que representan a la Virgen María, san José, las advocaciones marianas de la Concepción y la Asunción, y san Ignacio de Loyola, nunca habían salido de Baborigame en sus 300 años de existencia.

Cristina Noguera Reyes, subdirectora de Laboratorios de Conservación de la CNCPC, destacó la calidad de las tallas, que llegaron al Laboratorio de Conservación de Escultura Policromada en mayo de 2024. Estas piezas, posiblemente originarias de la Ciudad de México, fueron transportadas en el pasado por los difíciles caminos de la Sierra de Chihuahua, y aunque presentaban daños significativos, no habían sido sometidas a intervenciones previas, lo que facilitó su restauración.

El deterioro, causado por el tiempo y el uso devocional, incluía desgaste en manos y pies, pérdida de capa pictórica y exposición al hollín de veladoras. A pesar de esto, las esculturas fueron restauradas a su esplendor original. La Virgen María y san José ya han sido devueltas a la comunidad de San Francisco Javier de Baborigame, mientras que las vírgenes de la Asunción y de la Concepción, junto con una nueva escultura del Niño Jesús, se entregarán este mes.

El proceso de restauración incluyó la limpieza con solventes probados, el análisis radiográfico y la reintegración de partes faltantes, como manos y dedos. Las restauradoras Julissa Romo Hernández, Liliana Alcántar Carreola y Yamel Mares Sotelo, junto con el colaborador Christian Alberto Chávez González, trabajaron en la reintegración cromática de los entelados, devolviendo la vida a las representaciones florales y celestes de los mantos.

Finalmente, Noguera Reyes subrayó la importancia de esta intervención para preservar el patrimonio histórico y cultural de Baborigame, garantizando que las generaciones actuales y futuras continúen venerando estas obras de arte sacro. El conjunto será completado con el retorno del bulto de san Ignacio de Loyola, una pieza de 1.30 metros de altura que aún permanece en restauración.

Esta iniciativa no solo preserva la historia, sino también fortalece los lazos de la comunidad con su fe y tradiciones ancestrales.

Foto: Karla Gómez

Pie de foto: El proceso de restauración incluyó la limpieza con solventes probados, el análisis radiográfico y la reintegración de partes faltantes, como manos y dedos.