En una entrevista realizada en 2018, Nico contaba que su arte nació del corazón
Karla Gómez NOTICIAS

En redes sociales se dio a conocer la triste noticia del fallecimiento de Nicolás Guzmán, conocido por todos simplemente como “Nico, el músico”. Durante más de cuatro décadas, su figura se convirtió en un símbolo sonoro de las calles de la capital chiapaneca. Con su tambor, armónica y una pequeña grabadora, Nico dio vida y color a los días de miles de transeúntes.
Originario de Tenejapa, Nico salió de su comunidad a los ocho años. Desde entonces, su vida fue un constante viaje a través de los municipios de Chiapas: San Cristóbal de Las Casas, Comitán, Villaflores, Cintalapa, Las Margaritas y La Mesilla. Fue en las calles donde encontró su escenario, y en la música su forma de resistir, de existir, de compartir.
En una entrevista realizada en 2018, Nico contaba que su arte nació del corazón. Aprendió a tocar de oído, primero con un güiro y maracas, y luego con instrumentos que él mismo adquiría con lo poco que ganaba. “Ahora ya domino bien la música, nació de mi corazón, dicen que es un don que yo toque”, decía, mientras recordaba cómo aprendió el español observando a los demás, sin dejar de hablar su lengua tseltal.
Nico no solo pedía monedas. Ofrecía momentos. Llenaba el aire de melodías rancheras, románticas y cumbias, con letras como: “Cielo azul, cielo nublado, cielo de mi pensamiento…” que se mezclaban con el ruido del tráfico y las voces de la ciudad. Nunca dejó de agradecer, nunca dejó de cantar.
Decía que no tenía hijos ni esposa, que vivía de lo que ganaba tocando, y que tenía tres tambores, un platillo y varios güiros. La música, insistía, era su felicidad. La gente lo contrataba para eventos, lo respetaban en las calles. “A veces los policías se ponen a mi costado, escuchan mis canciones, no me hacen nada”.
Hoy, su ausencia deja un vacío en el corazón de Tuxtla Gutiérrez. Nico no está más en su rincón habitual, pero su recuerdo se mantendrá en cada nota, en cada paso de quienes alguna vez se detuvieron a escucharlo, aunque fuera por un instante. La ciudad ha perdido una voz, pero ha ganado una leyenda. Descanse en paz, Nico. Tu música seguirá caminando con nosotros.
Foto: Karla Gómez
Pie de foto: Hoy, su ausencia deja un vacío en el corazón de Tuxtla Gutiérrez.