Tres de las 12 luchadoras sociales retratadas en la muestra hablaron de las situaciones que enfrentan sus comunidades y propusieron acciones para atender dichas vicisitudes
Isabel Nigenda
Noticias
Dejar de etiquetar a los pueblos originarios como lo “curioso de México”, impulsar acciones conjuntas con las autoridades para la erradicar la discriminación y el racismo a este sector, así como promover el uso de la lengua materna mediante iniciativas gestadas desde las comunidades, son algunas de las luchas que encabezan lideresas indígenas en sus localidades, protagonistas de la exposición Miradas originarias, del Museo Nacional de las Culturas del Mundo (MNCM).
Por ello, la Secretaría de Cultura informa que, en ese marco y a propósito del Día Internacional de las Mujeres, tres de las 12 luchadoras sociales retratadas en la muestra hablaron de las situaciones que enfrentan sus comunidades y propusieron acciones para atender dichas vicisitudes.
La antropóloga social muxe, Amaranta Gómez Regalado, señaló que las comunidades zapotecas del Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, y en general las poblaciones indígenas de México, crean resistencias culturales para mantenerse vigentes, en cuya tarea, recalcó, las mujeres han jugado un papel fundamental para ello, el cual va desde la reproducción, hasta el manejo de las tradiciones, la construcción de sincretismos y cosmovisión.
“No solo hay que enmarcar el problema al asunto histórico, se requiere abordar las necesidades contemporáneas porque de eso daremos cuenta en años venideros. Hoy en los pueblos lacera la migración, las jóvenes casadas a temprana edad, la censura interna a los temas de diversidad sexual, el VIH, el plagio de sus textiles, las religiones y la pérdida de la lengua materna”.
La propuesta de la activista zapoteca es dejar de asociar a los pueblos indígenas como “lo curioso” de México, “se debe comprender que las comunidades están vivas y son actuantes de su propia realidad”.
Por otro lado, la poeta zapoteca, Irma Pineda Santiago, explicó que su inicio en la defensa del derecho lingüístico en su natal Juchitán de Zaragoza, Oaxaca, se dio a partir de observar la censura que había para las y los creadores en lenguas originarias.
Expuso que, de 2020 a 2022, cuando fue embajadora ante la Organización de las Naciones Unidas, identificó que los episodios de discriminación, racismo, violencia de Estado y desplazamiento forzado en nuestro país, son similares en otras latitudes, por tanto, enfatizó, “es fundamental que las instituciones acompañen a las comunidades en estos procesos de erradicación”.
Consideró que el apoyo a la literatura indígena debe iniciarse a partir de la comprensión de otras luchas relativas a cuestiones de género, medio ambiente o territorio.