Guillermina Dulché y Concepción Báez en el SPM

Isabel Nigenda Noticias

Foto: Cortesía. – Evolución y retrospección en el Salón de la Plástica Mexicana.

El Salón de la Plástica Mexicana (SPM), perteneciente al Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), una instancia de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, se complace en presentar las exposiciones «Imágenes recientes» de Guillermina Dulché y «Viaje al pasado» de Concepción Báez. Estas muestras estarán abiertas al público hasta el 25 de junio.
«Imágenes recientes» es el título de la exposición que muestra la producción artística actual de Guillermina Dulché a través de 25 pinturas. Estas obras exploran la noción del cambio. «El artista debe dar lo mejor de sí con una madurez actual y esta exposición muestra la evolución que he experimentado a lo largo de todos estos años», afirmó la artista.
Dulché recordó que en los inicios de su carrera se vio influenciada por la academia y las herramientas necesarias para una formación integral. «Es difícil dejar eso atrás, pero los conocimientos evolucionan con el tiempo y todo lo que nos rodea», explicó.
La artista señaló que siempre se ha propuesto buscar algo diferente y que la satisfaga más que su trabajo anterior. «Por eso, el cambio siempre ha estado presente en mi forma de pensar, y aún siento la necesidad de seguir evolucionando hasta que la vida me brinde la oportunidad de hacerlo».
En esta exposición, presento lo que he sido hasta el momento con las obras que he creado este año y algunas piezas anteriores, agregó. «Para mí, el cubismo fue decisivo, así como Kandinsky con su enfoque en el punto y la línea. Mis cuadros figurativos son muy al estilo de Diego Rivera. En la actualidad, he estado fusionando el geometrismo con algo más significativo y poderoso».
Por otro lado, la exposición «Viaje al pasado…» ofrece una retrospectiva de la trayectoria de Concepción Báez a través de 30 pinturas al óleo. «Esta muestra presenta cuadros desde mis comienzos como pintora y muestra mi progresión, porque si uno no evoluciona, se estanca. He pasado de pintar figuras humanas a otras figuras creadas, ya no con modelos, sino concebidas por mí, incluso llegando a lo abstracto», explicó Báez.
La artista compartió su amor por la pintura y cómo esta la ha mantenido viva y motivada a ser feliz. «Creo que aún me falta mucho por hacer y aprender en mi trabajo. Les aconsejaría a los jóvenes pintores que se preparen para enfrentar mucho trabajo, problemas y obstáculos. Aprender el oficio es fundamental y para que un pintor madure, deben pasar al menos 20 años».
Báez también destacó que ha realizado aproximadamente 300 exposiciones, un logro que le ha costado mucho esfuerzo. «Antes, ser mujer era un problema muy grave y todo estaba en contra de nosotras. Carecíamos de identidad. Ahora, las mujeres han avanzado considerablemente, pero es importante que los estudiantes no sean vanidosos, que aprendan el oficio y sean perseverantes».