En este rincón de Tuxtla, los fieles mantienen viva una tradición que une a generaciones enteras
Karla Gómez NOTICIAS
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Este 2 de enero, los habitantes del barrio Niño de Atocha, en Tuxtla Gutiérrez, vivieron una jornada cargada de fe y fervor, al conmemorar a su santo patrono con una serie de actos religiosos que reflejaron la profunda devoción de la comunidad.
La advocación de la infancia de Jesús, originaria de España, sigue siendo un símbolo de esperanza y protección que se ha extendido por toda América.
En este rincón de Tuxtla, los fieles mantienen viva una tradición que une a generaciones enteras en una expresión de espiritualidad y cultura.
En una entrevista con Martha Patricia Vázquez Aguilar, una de las vecinas del barrio, destacó el legado de fe que ha pasado de generación en generación.
“Es una fe muy grande que nos inculcaron nuestros padres, abuelos y bisabuelos, y si Dios quiere, a nuestros nietos”, expresó con emoción.
Según Vázquez, el Niño de Atocha ha sido una figura central en la vida espiritual de los habitantes de este barrio, quienes se crían bajo su protección y, como católicos, se entregan con devoción a María Santísima y, por ende, a su hijo Jesús.
Con una sonrisa en el rostro, Martha Patricia sostuvo un pequeño santito que acaba de recibir como regalo. “A través de un barrio se fomenta la fe, para no perder nuestras tradiciones y costumbres”, explicó, mientras sus palabras revelaban el profundo vínculo que existe entre la comunidad y su santo patrono.
“Nos sentimos muy felices, porque sabemos que lo que pedimos con fe, él lo concede de todo corazón”, concluyó, reflejando el espíritu de esperanza que caracteriza a los fieles de Niño de Atocha.
La celebración de este 2 de enero no solo fue un acto de devoción religiosa, sino también una muestra de la fuerza de la tradición en un barrio que sigue cultivando valores y creencias en cada rincón.
Foto: Karla Gómez
Pie de foto: La celebración de este 2 de enero no solo fue un acto de devoción religiosa, sino también una muestra de la fuerza de la tradición en un barrio que sigue cultivando valores y creencias en cada rincón.