Karla Gómez NOTICIAS

El 27 de enero de 1945, el Ejército Rojo liberó Auschwitz, campo de concentración convertido en emblema del horror humano. Desde entonces, esta fecha nos convoca a recordar el Holocausto y a quienes lo vivieron. Grupo Planeta, comprometido con la memoria histórica, presenta una valiosa selección de libros que, desde la ficción, el testimonio o la investigación, dan voz a los sobrevivientes y víctimas, con el firme propósito de rechazar toda forma de intolerancia y discriminación.
Historias que no deben olvidarse
Uno de los libros más representativos es El diario de Ana Frank, donde una niña de trece años narra con lucidez, miedo y esperanza los días de encierro en la “Casa de atrás”. Ana escribió hasta poco antes de ser deportada, dejando testimonio del dolor de crecer entre la persecución y la guerra.
En esa misma línea está El tatuador de Auschwitz, de Heather Morris, inspirada en la historia real de Lale Sokolov, un prisionero encargado de marcar con números a quienes ingresaban al campo. A través de su historia, la autora construye una narración de supervivencia, amor y resistencia.
La bailarina de Auschwitz y En Auschwitz no había Prozac, ambos de Edith Eger, muestran otra cara del Holocausto: la del trauma persistente. Eger, sobreviviente y posteriormente psicóloga, transforma su experiencia en guía terapéutica para quienes viven encerrados en sus propias “prisiones mentales”.
Otros títulos como El fotógrafo de Auschwitz, de Luca Crippa y Maurizio Onnis, y Auschwitz, última parada, de Eddy de Wind, retratan desde dentro los horrores del sistema nazi. Brasse, obligado a tomar fotografías de los prisioneros y los experimentos, y De Wind, único autor que escribió su libro dentro del campo, nos permiten ver desde el lente de la víctima y el testigo.
Finalmente, obras como El niño del establo de Auschwitz y El chico que siguió a su padre hasta Auschwitz ofrecen miradas conmovedoras sobre el poder del lazo afectivo para resistir el exterminio. La amistad, la familia y la humanidad son hilos que sostienen la esperanza incluso en los peores momentos.
Lectura contra el olvido
Grupo Planeta recuerda que estos libros no solo narran tragedias, sino que son ejercicios de memoria activa. Conocer estas historias no es un acto pasivo: es tomar parte en el compromiso de construir un mundo más justo, empático y consciente. La lectura, en este caso, es también una forma de resistencia.
Foto: Karla Gómez
Pie de foto: Conocer estas historias no es un acto pasivo: es tomar parte en el compromiso de construir un mundo más justo, empático y consciente.
