El artista visual mexicano, con 40 años de trayectoria, realiza una residencia en Francia y exhibe obra en Guadalajara
Excelsior

“Intentar la disolución de la imagen desde los valores plásticos, y la representación del ‘flujo-mundo’ en el que vivimos”. Es lo que le interesa explorar al pintor, grabador y dibujante mexicano Roberto Rébora (1963), tras 40 años de trayectoria.
El ejercicio plástico es una asociación de fuerzas que pongo sobre el plano. Yo pinto el movimiento, la atracción recíproca entre los cuerpos, el peso de la existencia bajo la forma de las pasiones, la web, la red uniforme y multicolor de la información”, comenta en entrevista con Excélsior.
Me preocupa que vamos en el ‘flujo-mundo’ sin la posibilidad de detenernos ni hacer un ejercicio de conciencia, porque es muy rápido y voraz”, dice quien se formó en Italia de manera autodidacta y creó una obra influida por la pintura moderna italiana, pero también por la prerrenacentista y los renacentistas florentinos.
Ahí están los polos. Por un lado, mi pasado de formación clásica y, por el otro, mi deseo de inscribirme, en tanto artista contemporáneo, como lector del mundo que me toca vivir”, agrega.
Tras reconocer que su formación también tuvo como base la tradición mexicana, con la obra de José Clemente Orozco, y la rusa, a través de la propuesta de Vlady, Rébora admite que vive una nueva etapa con diferentes preocupaciones temáticas.
Hacia mis 50 años me deslindé de esta tradición para hacer lo que denomino Media Star, que se refiere a la importancia de los medios de comunicación en la sociedad contemporánea.
La estrella son los medios, por eso el título de la serie, en la que intenté hacer una síntesis de lo que es el flujo de la energía eléctrica. Es la proyección, el ejercicio del trazo continuo para generar el mundo binario. Algo que ha influido en el desarrollo de lo último que he realizado”, agrega.
El artista visual destaca que esta etapa se consolidó en Francia, donde realiza una residencia artística desde hace dos años. “Unos coleccionistas franceses que vivieron en la Ciudad de México me invitaron a radicar tres años en la ciudad de Tours, con un esquema que literalmente es un mecenazgo, porque tenemos un intercambio en especie. Pero esto en ningún momento ha sido el objetivo de la invitación. Les interesa la conversación, no es un acuerdo mercantilista, pues regresan a la sociedad este conocimiento”, explica.
He tocado temas sociales, de carácter conflictivo-colectivo. Por ejemplo, hablando de mi evolución, en 1994 pinté a un hombre con las manos atadas que está imposibilitado observando a su hijo dibujar la agilidad de un gato.
Muchos años después, volví a recrear a ese hombre, pero ahora erecto y sometido al poder de la mujer. Son elementos de carácter moral y sexual que reflejan el cambio de los valores sociales. En este caso, la figura del padre y de la mujer”, añade.
A mis 59 años, en Francia entendí que este país reúne la modernidad italiana y la concluye. Es decir, me ha permitido comprender la importancia de la tradición francesa como una manera de concluir lo que fue la primera modernidad italiana. Esto me ha dado una visión más completa de estas dos madres culturales”, indica.
A un año de terminar su residencia en Tours, quien considera que la pintura y el dibujo son la madre y el padre de su propuesta artística decidió hacer una pausa y viajar a México para asistir a la exposición Los Rébora, la primera que realiza con sus hermanos Ana Luisa, Álvaro y Cecilia, también artistas visuales, en la que exhibe obra reciente en el Museo Raúl Anguiano de Guadalajara.
Es la constatación de la seriedad y la independencia de nuestros caminos artísticos. Es una celebración con muchas reflexiones. Y un homenaje a mi madre, que tiene 87 años”, confiesa sobre la muestra que estará abierta hasta el 26 de febrero próximo.
El creador del Taller Ditoria, que publicó 120 títulos de poesía ilustrados y que ahora está en pausa, regresa a Francia en enero y preparará la exposición que inaugurará la última semana de mayo de 2023.
La pintura es un hecho accidental, en el sentido que sucede en el momento en que se realiza. Es un ejercicio experimental siempre. Por eso vivo en un estado abierto a la observación”, concluye.
