Al menos 17 familias se benefician de este trabajo y derivado a los constantes operativos sus ingresos han disminuido, pues tienen que cerrar sus negocios

Daniela Grajales NOTICIAS

PIE DE FOTO: BOLEROS se ven perjudicados por los constantes operativos al comercio informal que se realizan en el primer cuadro de la ciudad.
Foto. Daniela Grajales

Personas dedicadas a la limpieza de calzado, mejor conocido como boleros también se ven perjudicados por los constantes operativos al comercio informal que se realizan en el primer cuadro de la ciudad.

Mariela Martínez Gallegos, quien lleva más de 10 años trabajando en el Parque de La Libertad menciona que los días donde hay enfrentamientos tienen que cerrar e irse, con ello perdiendo su ganancia diaria que ya con la pandemia ha bajado ahora con estas acciones es aún menor.

“Soy bolera, soy aseadora de calzado, tengo 14 años trabajando acá, en la pandemia nos fue muy mal, cerramos todo, no teníamos trabajo, con los operativos si nos a afectado un poquito, porque cuando están tirando piedra, vienen a quebrar los cristales y la verdad nos da miedo, nosotros lo que hacemos es cerrar e irnos, para que no tengamos problemas, ya perdemos el día”.

Compartió que las ganancias diarias son pocas pero al menos sale para pagar los servicios básicos y la comida del día.

“Durante la pandemia ganábamos 80, 70, 60 pesos, 100 pesos, 150 era lo máximo, ahorita que es el mes de diciembre, ganamos mejor, 200, 300, de aquí pagamos renta, pagamos agua, luz, comida para nuestros hijos, pañales y leche”.

Martínez Gallegos, dice que diciembre es una buena temporada para recuperar un poco la economía, ya que el precio de los productos para trabajar también ha aumentado.

“Ahorita ha mejorado un poquito el trabajo, en diciembre, pero en enero vuelve a bajar, ha subido mucho el material, la pintura, la grasa, la crema, el

jabón de calabaza, el aceite de castor todo eso ha subido, el líquido para gamuza ha subido también, antes con 100 pesos comprábamos 3 pinturitas, ahora con 100 pesos solo compramos dos o una”.

Dice que el turismo también les ha ayudado,”algunos que no son de acá, han venido a bolearse su calzado, a lavarlo y limpiarlo”.

De este trabajo son al menos 17 familias las que se ven beneficiadas, aunque han pasado situaciones que los han querido desalojar, actualmente pertenecen a un sindicato que los respalda.

“Si nos han querido desalojar el fiscal del municipio, pero como tenemos sindicato, no nos puede desalojar, estamos aquí en el CTM y ahí nos metimos, como nosotros ya tenemos tiempecito acá, mi hermana tiene 35 años trabajando acá, el señor que está allá tiene 40, mi hermano tiene 22 años, mi muchacha tiene 10 años trabajando acá, somos 17 boleros que dependemos de esto”.

En este trabajo no hay horario de entrada ni de salida, los boleros solo buscan sacar el pan de cada día.

“Yo vengo acá de 7:00 de la mañana a 8:00 o 9:00 de la noche, 3:00 de la tarde, depende, aquí no hay horario, el que se quiera ir temprano se va temprano, el que se quiera ir tarde se va tarde”.

Diciembre para ellos es buena fecha, el resto del año hay altas y bajas, como la temporada de lluvias, donde los clientes les dicen, “para que nos va a bolear si nos vamos a ensuciar”, para Mariela y sus colegas esperan que 2022 sea mejor.

“Ahorita que es diciembre hacemos de 10 boleadas a 15 boleadas, en pandemia solo hacíamos 2 o 3 boleadas, la boleada está a 15 el lavado con jabón de calabaza a 20 pesos o 25, depende cómo venga el calzado, esperemos que el otro año no haya ya esta enfermedad”.

“Soy bolera, soy aseadora de calzado, tengo 14 años trabajando acá, en la pandemia nos fue muy mal, cerramos todo, no teníamos trabajo, con los operativos si nos a afectado un poquito, porque cuando están tirando piedra, vienen a quebrar los cristales y la verdad nos da miedo, nosotros lo que hacemos es cerrar e irnos, para que no tengamos problemas, ya perdemos el día”.