Exhortan a la población a no realizar quemas de cualquier índole
Daniela Grajales NOTICIAS

Es en esta temporada cuando la baja calidad del aire se presenta, y es que los especialistas señalan que esto se debe a la contaminación por el humo de la pirotecnia, en Tuxtla Gutiérrez se ha visto afectada debido a las partículas suspendidas en el ambiente como consecuencia de las quemas de pirotecnia de las últimas semanas, son los meses de diciembre y enero cuando este problema ambiental recrudece.
«La temporada invernal, se presentan otros factores meteorológicos es decir como se comporta la atmósfera, si nosotros tiramos los cohetes, van a desencadenar una quema y van a generar emisiones por la quema y van a afectar la calidad del aire también”, destacó el investigador contra el cambio climático, Emmanuel Díaz.
Cabe resaltar que la exposición de las personas a la contaminación del aire genera enfermedades respiratorias, desde una tos hasta una pulmonía, así lo detalló el doctor Francisco Pérez Fernández.
«Han aumentado, desde una simple gripa, cuadros de bronquitis, neumonías y la influenza, en la temporada decembrina es cuando aumenta hasta un 70% las enfermedades respiratorias”.
Por lo tanto, dijo que es necesario que se establezcan métodos de información, para que se tomen ciertas medidas
«Que tengan una buena alimentación más que nada, saludable, que tomen suficientes líquidos y si pueden hacer un ejercicio».
Por su parte las autoridades recomiendan evitar las actividades al aire libre, sobre todo a las personas sensibles, en la medida de lo posible, usar cubrebocas, ya que el aire contiene polvo, humo y pequeñas gotas, en partículas finas y ultrafinas, lo que puede provocar enfermedades respiratorias y cardiovasculares, la ciudadanía puede contribuir a eliminar saturación de dichas partículas en el aire evitando todo tipo de quemas.
La pirotecnia y su daño en el ambiente
El uso de fuegos artificiales durante las celebraciones generan concentraciones importantes de partículas suspendidas que pueden llegar a superar hasta 10 veces el rango permitido por las normas oficiales.
Pero no solo eso, hablando de la contaminación acústica, la Organización Mundial de la Salud estima que el límite recomendable de sonido apto para la salud auditiva humanos es de 65 decibelios; sin embargo, en el momento en que un cohete o petardo estalla, el sonido puede alcanzar hasta los 190 decibelios, un número tres veces más fuerte que el que el odio de un adulto puede soportar, ya que los bebés son mucho más vulnerables y están expuestos a lesiones auditivas.