Locatarios recordaron anécdotas que ha dejado trabajar en este centro de abasto.

Carlos Sánchez NOTICIAS

Hay clientas con gran antigüedad en este centro de abasto.

Al ritmo de la música de trompeta y teclado, locatarios y usuarios del Mercado Rafael Pascacio Gamboa de Tuxtla Gutiérrez, celebraron su 80 aniversario de fundación.
Desde muy temprana hora se dieron cita en el centro de abasto ubicado sobre la Primera Poniente entre Tercera y Cuarta Sur, el cual lució abarrotado, donde muchos recordaron anécdotas.
Una de ellas fue Guadalupe García Méndez, quien lleva más de 50 años vendiendo pollo fresco en este mercado de la capital chiapaneca, considerado uno de los más importantes, debido a que fue el primero que se instaló y sirvió para intercambio comercial de los habitantes.
“Se siente lo mas hermoso de la vida que me está permitiendo vivir aquí, yo tengo 54 años vendiendo acá en el Mercado yo y para mi es una satisfacción muy grande, porque todavía vienen algunas personas que eran niñas en ese tiempo y ahora ya son personas muy adultas pero vienen todavía a este mercado”.
Así mismo señaló que de todas las pioneras de este Mercado, actualmente sobreviven muy pocas, las cuales han visto en este lugar cómo su fuente de empleo para mantener a su familia y proporcionarles estudios.
Maribel quien tiene más de 25 años vendiendo tostadas y semillas, menciona que a pesar que hay días que las ventas repuntan, otros días se mantiene bajo, pero lo importante es no dejarse vencer y echarle ganas.
“Que venga la gente para hacer ambiente, así como ahorita que está esto que entre la gente… muchas veces se quedan allá fuera porque hay venta y ya no entran”.
Mientras tanto, Esperanza Jiménez Juárez es una clienta de este centro comercial desde hace 70 años y lo ha acompañado en sus diversas etapas.
“Vi cuando el Mercado estaba en ruinas, cuando se fueron a vender al parque Central, de ahí regresamos otra vez aquí y ya mejoró el gobierno este mercado”.
Cabe destacar que el mercado estará abierto al público en general hasta las seis de la tarde, con el fin de que la población pueda realizar sus compras para la cena de Año Nuevo y los fines de la semana.