Se mantienen con miedo, porque andan personas ajenas, que deambulan con machetes y pueden machetear la casa de campaña con los niños

Sergio García CORRESPONSAL / NOTICIAS

Decenas de migrantes venezolanos, colombianos, haitianos y centroamericanos que se han establecido en las márgenes del río Coatán. – Foto. Sergio García

Tapachula.- Decenas de migrantes venezolanos, colombianos, haitianos y centroamericanos que se han establecido en las márgenes del río Coatán, se encuentran temerosos, por el clima de inseguridad y los constantes asaltos que han sido víctimas de personas ajenas que rondan su campamento improvisado que ha crecido en las últimas semanas.
Este acantonamiento de personas migrantes, ha crecido con más casas de campaña a unos metros del principal río caudaloso el Coatán, además de que han empezado a ocupar la calle del malecón donde han instalado casas de campaña, improvisando fogones al aire libre, incluso vendiendo casas de campaña para poder sostenerse.
Desde hace varias semanas, los indocumentados se han establecido de manera irregular improvisando con palos, nailon, cartones, mangueras y trozos, casas temporales para cubrirse del intenso sol por las mañanas y el sereno por las noches.
Ahí, se encuentra Jorge Esteban, un migrante venezolano, que salió de su país con 1,000 dólares y logró llegar hasta Tapachula y ahora, se encuentra en la incertidumbre y a la espera de poder obtener documentos para poder seguir avanzando en su recorrido a la Frontera Norte.
“Nosotros llegamos a Tapachula, pero no hemos tenido donde permanecer, nos enteramos por los mismos migrantes que existe este lugar donde está el río que nos ayuda a mitigar el calor y poder tener los servicios que no tenemos en la plaza, donde el calor es demasiado intenso”.
Heiser Carrillo, migrante de Venezuela, confirmó que este campamento se mantiene porque hay personas que no cuentan con dinero para seguir caminando por la ruta del migrante, porque la mayoría de las personas ya no tienen para comer.
“A nosotros nos ha tocado ir al mercado para pedir los residuos de verduras, de pollo y se limpia, se cocina en un fogón improvisado, por lo que vivimos con lo que hay, porque nadie quiere estar así, lo que pedimos es que nos dejen circular para no estar en estas condiciones inhumanas”.
Esta mujer venezolana, señaló que se mantienen con miedo, porque andan personas ajenas, que deambulan con machetes y pueden machetear la casa de campaña con los niños.
MIGRANTES SE BAÑAN EN EL RÍO COATÁN
Otros grupos de migrantes que llegan a diario a la ciudad, aprovechan las aguas del río Coatán, para asearse y refrescarse del intenso calor de la zona costa.
Mujeres, hombres y niños, se mantienen debajo de las sombras de los árboles, mientras otros, aprovechan lavar su ropa y los niños se bañan y corren sobre las piedras del caudaloso afluente que les ha proveído de agua para saciar sus servicios
Ahí, también hay mujeres embarazadas que se arriesgan a bajar a la orilla del río para tratar de bañarse y son apoyadas por otras mujeres y hombres para evitar lastimarse, ya que se bañan al aire libre.