Familias de la comunidad de Romerillo y San Juan Chamula se reúnen para llevar flores y ofrendas a sus muertos

DANIELA GRAJALES NOTICIAS

PIE DE FOTO: San Juan Chamula mantiene vivas sus tradiciones. FOTO: Cortesía

A treinta minutos de San Cristóbal  de las Casas se encuentra la comunidad de Romerillo aquí comienzan los preparativos desde el 29 de octubre, antes de la llegada de las almas de los fieles difuntos. 

Romerillo pertenece a Chamula, la zona está rodeada de bosque y el aire fresco se siente en el lugar. Las tradiciones Tzotsiles para celebrar Día de Muertos son ancestrales y muy vistosas, las familias esperan esas fechas con fe y devoción. 

“Hay que recibirlos bien, vienen desde lejos a visitarnos y ver como estamos” dicen quienes año con año acuden a este camposanto.

El 01 de noviembre todo esta listo, las grandes cruces de madera de casi 10 metros de altura se imponen y dominan la vista del lugar. Al ritmo de la música de violín, arpa y tambor, los mashes (hombres monos) bailan en el cementerio, danzando enmedio de un laberinto de cruces y tumbas adornadas con flores que se cultivan en el lugar. 

Cuando caminas entre ellas, el olor a incienso y flor de cempasúchil te invaden los sentidos y tu mente se transporta a un lugar místico donde todo lo que has escuchado acerca de la celebración de Día de Muertos, toma significado y se vuelve realidad.

Sobre las tumbas se depositan las ofrendas, comida, pan de muerto, dulces y aguardiente. Se prenden las velas y se resguardan en los nichos para que el viento no las apague. 

“Tienen que encontrar el camino de regreso casa, a oscuras no pueden llegar”. 

De acuerdo con la tradición la luz y el olor de las flores guían el camino de las almas; las familias se reúnen sobre la tumba de sus muertos y cuentas historias de aquellos que ya se fueron, esta ceremonia sirve para mantener presente su recuerdo y trasmitir el conocimiento y las ceremonias a la siguiente generación. 

“Así se conserva la tradición, cuando muera, quiero que me traigan mi posh y mi pan de muerto” dice Martín, habitante de Chamula.