Esta práctica ancestral desencadena una serie de violencias

Carlos Sánchez NOTICIAS

Los matrimonios infantiles no se realizan en el Registro Civil, sino con casamenteros. – Foto: Carlos Sánchez

Patricia Chandomí acompañante de mujeres sobrevivientes víctimas de violencia machista, señaló que el matrimonio infantil o también denominado forzado, es la primera violencia que viven las niñas o las adolescentes principalmente de las comunidades indígenas de Chiapas, seguida por la violación, ya que al momento de ser entregadas con sus esposos que en su mayoría son personas mayores de 40 años, no tienen conocimiento sobre lo que le pasará con su cuerpo.
“Sí en familias de las llamadas mestizas, pocas veces se habla del sexo, relaciones, de prevención del embarazo, métodos anticonceptivos, en familias indígenas ese es un tema que pocas veces se aborda, entonces esa adolescente, esa joven la entregan, sin darle la información, ella no sabe qué le va a pasar, entonces derivado del matrimonio forzado viene la violación, esa es una segunda violencia”, apuntó.
La tercera violencia de la que son víctimas las menores que son casadas a la fuerza en las comunidades de la entidad chiapaneca, es el embarazo forzado, debido a que después de contraer matrimonio no tienen oportunidad de decidir sobre tener o no un hijo, aunque de manera general los matrimonios forzados desencadenan una serie de violencias contra las mujeres.
La activista explica que los casos de matrimonios forzados registrados en los Altos de Chiapas, así como en otras regiones, tienen por costumbre no acudir al Registro Civil, sino que son matrimonios de palabra donde el casamentero en muchas ocasiones llega a ser el vecino, el agente rural o una persona allegada a la familia.
“No es un consuelo aumentar la edad a 18 años en la ley para casarse, porque esta práctica se sigue reproduciendo, hay que reconocerlo cada vez menos pero no quiere decir que ya no exista y sobre todo por este subregistro porque no queda documentado esos matrimonios no quedan documentados más que en la vida y en la experiencia de estas niñas, muchas de ellas que en la primera menstruación ya las ofrecen con personas de 40 años, con personas que ya tienen otras esposas”, puntualizó.
Dentro de los productos documentados que generalmente se utilizan para el intercambio de una menor, se encuentra el plátano, la bebida tradicional de los Altos de Chiapas denominado Posh, maíz, aunque últimamente lo que más predomina es el dinero, el cual para las familias representa que entre más dinero reciban, más bonita es su hija, que a su vez determina mayor estatus.
Finalmente la defensora de los derechos humanos de las mujeres detalló que el matrimonio forzado no es un fenómeno propio de las comunidades indígenas de Chiapas, sino que también ocurren en contextos de riqueza, donde los monopolios empresariales hacen que las hijas solo convivan con los hijos de dos o tres familias millonarias, para después inducirlos al matrimonio.