Realizarán el 1er Congreso Internacional de Neurociencia y Salud Mental, para dar seguimiento a los estudios e investigaciones regionales que se realizan
Daniela Grajales NOTICIAS
La depresión y la ansiedad son dos de las principales secuales que ha dejado el COVID-19 en los pacientes en Chiapas, informó Mareli Bravo Muñoz, psiquiatra y fundadora del Instituto Nacional de Neurociencias y Salud Mental (INNSAM).
Detalló que a mediados del 2020 y a principios del 2021, reunieron una base de datos de aquellos pacientes COVID que sobrevivieron y de aquellos que no sobrevivieron y a pesar de que no hay una respuesta concluyente, el estudio arrojó que entre los 200 pacientes no hubo diferencias significativas de hombres y mujeres.
“Se están analizando más variables, esta base de datos es realizada por chiapanecos en una población chiapaneca, y eso hay que resaltar, las estadísticas de la región, de 200 pacientes, el 60% presentó depresión y 75% ansiedad, sin embargo, no hubo una diferencia significativa de la mortalidad, por lo que continúan los análisis de casos”, agregó.
Argumentó que los impactos a la salud mental se han clasificado en dos, que son los directos e indirectos.
Explicó que los directos se han catalogado en personas que tuvieron COVID y presentaron trastornos depresivos, alteración del sueño, ansiedad, crisis de pánico y deterioro cognitivo.
Mientras que los indirectos, son todos aquellos efectos colaterales por el encierro, por permanecer en casa, aquellos efectos como aquellas personas que tiene comorbilidades, y no reciben los tratamientos adecuados ahora, por que les han desviado grandes recursos a la pandemia y la generación de la vacuna, esto los llevó al aislamiento, la soledad, la tristeza sentida, el aumento de la violencia y consumo de sustancias.
Asimismo puntualizó la importancia de saber diferenciar entre neurocovid y postcovid; la primera es una afección en el cerebro (crisis epilépticas, trastornos del sueño, episodios psicóticos, delirium, alucinaciones) mientras que el segundo se puede manifestar de 4 a 6 meses después de haber tenido la enfermedad, y no está relacionado con la intensidad que les dio la enfermedad, (los pacientes han presentado principalmente la ansiedad).
Bravo Muñoz dijo que derivado del inicio de la pandemia, se creó el Instituto Nacional de Neurociencias y Salud Mental, donde las personas se sintieran cómodas para tratar los padecimientos que les había dejado el COVID, además de atender a aquellas personas que debido al confinamiento se vieron afectados en su salud mental.
Resaltó que se reunirán en el 1er Congreso Internacional de Neurociencia y Salud Mental, que se llevará a cabo del 28 al 30 de octubre, en Tuxtla Gutiérrez; con la finalidad es dar seguimiento a los estudios e investigaciones regionales que se realizan.