La flor de Niluyarilo es recolectada por los pobladores de Chiapa de Corzo y de Villa de Acala en la región de Los Altos de Chiapas.
El tubérculo es usado de manera ritual durante las celebraciones decembrinas.
Jornada que dura varios días y recorre varios kilómetros con la flor a cuesta.
Este recorrido ritual es parte del fervor costumbrista de nuestras comunidades y se mantiene gracias a su gente que continúa heredando por generaciones su carácter de resistencia y culturalidad.
Acompáñanos a ver estas postales, parte del trayecto cerca de la comunidad de La Granadilla en Zinacantan, Chiapas.
Los niños son educados para sentirse orgullosos de sus tradiciones y costumbres.Y el orgullo se mide por la fuerza y resistencia durante la larga caminata hacia los parajes de Los altos de Chiapas.Los Floreros vistan las ermitas de las comunidades Tsotsiles antes de regresar a la Ribera del Río Grijalva.Son pasos de esfuerzo que representan el paso del niño para convertirse en adulto con la promesa de volver para llevar la flor a los altares.Este camino es seguido cada año, llevando el atado de tubérculos en la espalda.Los paisajes silvestres acompañan la neblina y la húmeda brizna de la madrugada que dificulta el regreso.Los floreros también cruzan por sembradíos y cultivos bajo la mirada de los indígenas tsotsiles quienes les brindan hospitalidad.El camino del florero no es fácil, pero lleva a cuestas la promesa de regresar.