La creadora visual, Sara Felicidad, ha realizado una serie de intervenciones en casetas telefónicas con el título “Hable con él” o “Hable con ella», empleando materiales reciclados como cartón, latas y juguetes usados; aerosoles, brillantina, flores de papel y de plástico.

Son seis casetas telefónicas intervenidas en San Cristóbal de Las Casas las cuales permanecerán por tiempo indefinido, ubicadas en el Parque de Guadalupe, la Avenida Diego Dugelay, la Avenida Crescencio Rosas, el Parque de San Francisco, el Barrio de la Merced y en la calle Escuadrón 201, en el Barrio de Mexicanos.

“Las casetas telefónicas, son espacios abandonados porque, al quedar obsoletas por el paso de la tecnología, ahora se encuentran sucias e inservibles, la mayoría fuera de servicio o dañadas. Me parece que las casetas son un argumento visual bastante conveniente, un símbolo para hacer una invitación al diálogo interno, la introspección y la reflexión”, comparte.

Sara Felicidad busca replantear ciertas problemáticas que nos afectan a todos como humanidad, principalmente la violencia que se sufre en la actualidad, a partir de las intervenciones artísticas que realizó en seis casetas telefónicas que estaban fuera de operación.

“Mi intención es dirigir una invitación para observar y observarnos por medio del diálogo interno. De manera visual y por medio de las sensaciones que estas instalaciones puedan despertar, sugiero buscar soluciones que partan de cada persona de manera consciente”, comenta.

Y es que, uno de los objetivos de generar está serie es que “las personas nos replanteemos nuestras acciones cotidianas, lo que como sociedad repetimos incansablemente. Entre nuestras acciones, a veces hay violencia en todas sus formas, otras veces casi consideramos normal la violencia que observamos, o nos resignamos, y luego se nos olvida rápido. Se nos olvida que nuestras acciones individuales nos afectan en comunidad”.

Sara Felicidad decidió estudiar Artes Visuales con la ilusión de crear para compartir, y en el camino fue transformando su visión y sus objetivos. Le gustaría llevar cada pieza a cualquier espacio público donde deseen observarlas.

Constantemente piensa en cómo ayudarse para ayudar a los demás. Camina mucho por la ciudad, busca respuestas, observa e intenta transmitir parte de lo que observa.

La creadora visual, tiene la necesidad de compartir y transmitir su mirada sobre ciertas circunstancias que se viven actualmente. Ella parte de lo que ha observado en su entorno, a través de una reinterpretación de la cosmovisión, la espiritualidad, las costumbres, la cultura y la religión, “tomando en cuenta esta manera particular que tenemos aquí, en el sur, de manifestar nuestras creencias, una visión que encierra lo místico y colorido de México”.