Solo quedan 12 personas que reparten agua en burros, animales en peligro de extinción

Daniela Grajales NOTICIAS

Fotos: DANIELA GRAJALES. PIE DE FOTO: Don Marco Antonio es habitante de San Fernando, él se dedica a un oficio que pocos realizan y las nuevas generaciones no conocen.

Don Marco Antonio es habitante de San Fernando, él se dedica a un oficio que pocos realizan y las nuevas generaciones no conocen.

Todos los días don Marco se levanta muy temprano y junto con su burro llamado “nene”, se dirigen al tanque de agua que existe en la cabecera municipal de San Fernando, el Ojo de Agua del barrio de Caypoqui abastece de este vital líquido a por lo menos el 60 por ciento de los habitantes.

“Nene”, lleva cuatro años recorriendo las calles de este municipio, don Marcos sube y baja las garrafas que va repartiendo casa por casa, dice que lo máximo que pueden abarcar son 10 cuadras a la redonda del vertiente

“Lleva cuatro años conmigo nene, la gente nos pide que quiere agua y le llevamos aquí en San Fernando, a 10 cuadras es lo más lejos que llegamos “.

El precio de cada “acarreo” es de 25 pesos y los galones de agua cuestan 20 pesos, los burriteros no pueden vender un galón a los habitantes, sino los 4 que cargan los burros.

“En el día hacemos de 10 a 12 viajes, trabajamos hasta las 3 de la tarde, a veces hacemos de 8 viajes, el viaje cuesta 25 y los galones cuestan desde 20 a 25 pesos”.

En temporada de lluvias es cuando los burriteros tienen más demanda en la entrega de agua, ya que el tanque está lleno a su máxima capacidad, está agua dicen que proviene de un cerro cerca de la localidad.

“Disminuye un poco en marzo y abril pero comienza la lluvia y gracias a Dios vuelve, es una tradición pero como ahorita la gente tiene carro vienen a traer su agua con carro antes era con bestia, burro, mula o caballo”.

Este oficio casi ya no se ve en las grandes ciudades, San Fernando no está alejada de la capital chiapaneca y sin embargo, perduran los oficios de antaño, don Marco, nos platica que ya son pocos los que quedan.

“Ya nosotros quedamos 10 a 12 burriteros, es una chambita pesada porque no tenemos un sueldo semanal es lo que salga, como todo negocio, cuando ya no estemos nosotros saber quién va a cargar el agua”.

En el tanque donde se dotan de agua los burriteros, también llegan amas de casa, niños y demás personas que quieran llenar sus botellas con agua fresca.

Para que este lugar siga funcionando, el ayuntamiento y el comité del barrio Caypoqui prohíben cargar más de diez ánforas de un solo viaje por persona.