A cinco días de su detención por agentes migratorios en Estados Unidos, Benjamín y su hijo Carlos llegaron a Chiapas

Jhonatan González NOTICIAS

A cinco días de su detención por agentes migratorios en Estados Unidos, Benjamín y su hijo Carlos llegaron a Chiapas.
La redada ocurrió el pasado miércoles 25 de junio cerca de las diez y media de la mañana en un restaurante de comida mexicana en Pensilvania, Estados Unidos, donde además 12 personas más originarias de San Juan Chamula y Guatemala también fueron deportadas.
En entrevista Carlos López, el joven de 16 años que fue deportado, narró que todo transcurría con normalidad a pesar del temor que existía desde que Donald Trump asumió la presidencia del país norteamericano.
“Fue una mañana así, normal, estaba cortando, alistando mis cosas, cortando verduras y de repente entran unas compañeras corriendo y dicen, viene la migra dice (…) Ya no sabía qué hacer y nos fuimos atrás en la azotea (…) Pero de repente subió un güero y pues nos apuntó con un arma y dijo manos arriba cabrones (…) Pues pusimos las manos arriba y pues quedarnos quietos ahí sin hacer nada más”, relató.

Sentado en un pequeño jardín de su casa localizado en San Cristóbal de Las Casas, narró que el lugar donde se encontraban fue rodeado por la policía y aunque intentaron huir fue imposible.
Los esposaron de manos, pies y cintura. Después, agentes migratorios abordaron con ellos un vuelo comercial para dejarlos en Ciudad Juárez, Chihuahua, mientras que el regreso a su hogar fue toda una odisea, ya que del gobierno mexicano sólo recibieron un apoyo económico que apenas alcanzó para viajar de Ciudad Juárez a la capital del país.
“Solo nos dieron una tarjeta del bienestar con 2 mil pesos, nos trajeron de Ciudad Juárez a Ciudad México (…) Y el resto lo pagamos nosotros (…) Para 2 boletos y tuvimos que completar más todavía (…) Algo complicado, algo tardado”, puntualizó.
Benjamín López, otro de los migrantes chiapanecos, tenía casi tres años de haber cruzado la frontera de manera ilegal, mientras que su hijo apenas seis meses. A pesar de que entraron a territorio estadounidense por asilo, no les importó.
“De Pittsburgh a Houston, de Houston a Texas, de Texas a Ciudad Juárez, de Ciudad Juárez a México, de México a Tuxtla y de Tuxtla hasta San Cristóbal (…) Son 3 vuelos que nos dieron (…) Fuimos traídos por dos personas allí no se pagó ni un peso, no se pagó”, aseveró.
A pesar de que Benjamin y su hijo trabajaron muy duro, la meta no pudo cumplirse, pues solo alcanzaron a pagar la deuda con el coyote que lo cruzó.
“El sueño era en la familia, sacar adelante, tener algún terreno o una casita, vivir con la familia, de todos modos en Estados Unidos no podemos quedarnos para siempre, uno tiene que regresar a su país pero con algo”, indicó.
Hoy viven en una casa de madera construida en un terreno prestado y desde ahí, buscan reescribir su historia.

PIE DE FOTO:
A cinco días de su detención por agentes migratorios en Estados Unidos, Benjamín y su hijo Carlos llegaron a Chiapas.
Foto: Jhonatan González