Berenice Dávila, restauradora y encuadernadora que ha dedicado su vida a preservar la memoria histórica

KARLA GÓMEZ NOTICIAS

Detrás de cada libro antiguo hay una historia silenciosa que se resguarda no solo en sus páginas, sino también en las manos de quienes se dedican a conservarlos. Tal es el caso de Berenice Dávila, restauradora y encuadernadora que ha dedicado su vida a preservar la memoria histórica a través de los documentos que llegan a sus manos en el Archivo Histórico de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach).

Su oficio no es uno común, pero sí de una enorme trascendencia. Dávila ha restaurado libros que datan desde 1521 hasta la actualidad, verdaderas joyas documentales que permiten comprender la evolución social, política y cultural del estado de Chiapas. Para ella, cada intervención es una oportunidad de dar nueva vida a un documento que, aunque no respira, contiene en su interior un valor incalculable: la historia.

“Me di cuenta que, si yo intervenía los libros, ayudaba a que la utilidad del documento fuera más extensa. Por ejemplo, si un documento era de 1850 y estaba en condiciones complicadas de conservación, yo podría ayudar a que ese documento viviera otros años. Me siento muy bendecida de haber conocido a las personas que me ayudaron a acercarme a este oficio”, relató emocionada.

El trabajo de restauración no solo consiste en reparar físicamente el daño, sino en comprender la esencia de cada pieza. La delicadeza de las fibras del papel, los hilos del cosido, las cubiertas desgastadas por el tiempo, todo habla de un pasado que merece ser protegido. En este proceso, Berenice encuentra una forma de conectar con la memoria colectiva y de asegurarse de que las futuras generaciones tengan acceso a este patrimonio.

Consciente de la responsabilidad que implica su labor, Dávila invita a la sociedad a acercarse al Archivo Histórico de la Unicach, donde se resguardan colecciones integradas por libros, mapas y fotografías que documentan siglos de historia chiapaneca. “Aún hay mucho por escribir y descubrir. Es invaluable lo que podemos obtener de un libro físicamente. Nuestro trabajo, y no porque lo haga yo, es sumamente importante desde el momento en que conservamos”, puntualizó.

En tiempos donde lo digital parece imponerse sobre lo físico, la restauradora recuerda que la experiencia de tener un libro en las manos es irreemplazable. Cada obra es un puente que une pasado y presente, un legado que, gracias a manos como las suyas, podrá seguir contando historias.

El Archivo Histórico de la Unicach se mantiene así como un espacio de resguardo y consulta, pero también como un recordatorio de que la memoria cultural se preserva en los detalles más pequeños: una hoja restaurada, una encuadernación reforzada, un manuscrito que sobrevive al desgaste de los siglos.

Gracias a la dedicación de Berenice Dávila y de profesionales como ella, Chiapas no solo conserva su historia, sino que la mantiene viva y accesible para todos aquellos que buscan en los libros las huellas de su identidad.

FOTO: KARLA GÓMEZ

PIE DE FOTO: El Archivo Histórico de la Unicach se mantiene así como un espacio de resguardo y consulta, pero también como un recordatorio de que la memoria cultural se preserva en los detalles.