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En un partido que ya se inscribe como uno de los más dramáticos en la historia de la Liga Capulines, el Club de Futbol Choki levantó el trofeo de campeón tras una épica remontada y una tanda de penales no apta para cardiacos. En la grama del campo de Capulines II, el equipo se impuso al Deportivo Leones en un duelo que lo tuvo todo: garra, goles y un desenlace digno de película.
Desde el pitazo inicial, Leones salió decidido a morder y a los 12 minutos, Werclein Palacios abrió la lata con una gran definición de derecha, tras un pase filtrado de Jorge “Tuca” Hernández. El dominio se confirmó poco después, cuando Gamaliel Bonifaz, al minuto 29, aprovechó un rebote en un tiro de esquina para fusilar al arquero con una potente volea, enviando a su equipo al descanso con una cómoda ventaja de 2-0. Todo parecía indicar que el partido estaba en la bolsa para los felinos.
Sin embargo, el segundo tiempo trajo consigo un giro de guion inesperado. El Club de Futbol Choki regresó a la cancha con un hambre insaciable y una actitud completamente distinta. La esperanza se encendió al minuto 58, cuando Eduardo Ramos, en una jugada individual de antología, dejó a dos defensores en el camino y conectó un disparo cruzado que batió al portero “Chino” López. El descuento era una realidad.
La euforia estalló en las tribunas al minuto 74, cuando el empate se selló a balón parado. Guillermo Farrera se elevó por los aires, más que nadie, para rematar de cabeza un centro medido de Martín Zepeda, colocando el balón en el ángulo, lejos del alcance del guardameta. El 2-2 obligaba a que el destino del campeonato se decidiera desde los once pasos.
La tanda de penales se convirtió en una guerra de nervios. Ambos equipos fueron perfectos en sus primeros cobros, llevando la definición a la muerte súbita. La tensión creció a niveles máximos cuando, con todos los jugadores de campo habiendo tirado y anotado, los porteros tuvieron que asumir la responsabilidad.
Fue en ese momento que la historia se escribió. “El Chino”, arquero de Leones, disparó con fuerza, pero el balón se estrelló en el travesaño. La afición de Choki estalló en un grito de júbilo. Acto seguido, el guardameta rival, con la sangre fría de un veterano, colocó su disparo al poste izquierdo, desatando la locura en el campo y las gradas. El Club de Futbol Choki era el nuevo campeón.
La victoria no solo es la culminación de una gran temporada, sino también una prueba de que la fe y el corazón pueden más que cualquier adversidad. Para Leones, la derrota será un trago amargo, pero su entrega y el buen futbol que mostraron quedarán grabados en la memoria de una final que perdurará por siempre.
PIE DE FOTO: La victoria no solo es la culminación de una gran temporada, sino también una prueba de que la fe y el corazón puede más que cualquier adversidad.
FOTO: NEIN GÓMEZ
