Eco Ch’ulel impulsa en Chiapas el Reto Naturalista Urbano
Karla Gómez Noticias

En medio del concreto, del tráfico y de la prisa, la naturaleza persiste. Nace en las grietas, canta en las alturas y se esconde entre el ruido, esperando a ser vista. Así lo entiende Alma Anaí Narváez Barrios, integrante de Colectiva Eco ch’ulel, organización chiapaneca que desde hace años siembra conciencia ambiental en comunidades urbanas.
Eco Ch’ulel impulsa en Chiapas el Reto Naturalista Urbano, una actividad de ciencia ciudadana que invita a observar, fotografiar y registrar la biodiversidad de las ciudades usando una aplicación gratuita. “Puede ser un pretexto perfecto para que le perdamos el miedo a la naturaleza”, explica Alma. Un pequeño paso para reconectar a niños, jóvenes y adultos con ese mundo que, aunque olvidado, sigue latiendo a nuestro alrededor.
Este reto, nacido hace una década en Los Ángeles, se ha expandido a nivel internacional, demostrando que un simple acto de observar puede transformar la relación entre las personas y su entorno. Desde hace tres años, Ecochulel ha tomado la organización local del evento, formando alianzas con gobiernos, empresas y otras organizaciones civiles.
Pero la misión de Alma y su colectiva va más allá de los registros fotográficos. Se trata de recuperar saberes: cómo caminar en silencio cerca de un río, cómo convivir respetuosamente con aves y reptiles. Saber que la naturaleza no es un escenario externo, sino parte de nuestra propia historia, de nuestra memoria colectiva.
“Sabemos que en colectiva es mejor”, dice Alma. Y aunque no buscan cambiar el mundo entero, reconocen el valor de cada pequeña acción. Talleres, salidas de observación, charlas y actividades buscan sembrar esa semilla de respeto y asombro en nuevas generaciones.
A veces, para cuidar el mundo, basta con detenerse. Nombrar un árbol, escuchar un pájaro, maravillarse ante una flor. Gestos cotidianos que, como una semilla, pueden florecer en cambios significativos. En tiempos de desconexión, colectivos como Ecochulel nos recuerdan que reaprender a mirar puede ser el primer paso para sanar.
Foto: Karla Gómez
Pie de foto: Un pequeño paso para reconectar a niños, jóvenes y adultos con ese mundo que, aunque olvidado, sigue latiendo a nuestro alrededor.