Karla Gómez NOTICIAS

En el marco de la más reciente edición de la Noche de Museos, el Museo de Arte Moderno (MAM) fue escenario del conversatorio La piel del espacio, un encuentro que reunió a las artistas Hilda Palafox, Aurora Noreña y Claudia Luna, cuyas obras forman parte de la exposición colectiva Derivas de la forma escultórica: irrupción y densidad, presentada por el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL).
La curadora de la muestra, Katnira Bello, abrió el diálogo destacando la importancia de visibilizar el trabajo de las mujeres artistas y la necesidad de conquistar espacios donde puedan crear y exhibir su obra. En ese sentido, agradeció a las participantes por compartir sus procesos creativos con el público.
El conversatorio también contó con la presencia de Chantal Couttolenc, directora de la Fundación Yvonne Domenge, quien habló sobre el legado de su madre, la reconocida pintora y escultora Yvonne Domenge, fallecida en 2019. Couttolenc enfatizó que la labor de la fundación es difundir la obra de la artista a nivel mundial y adelantó que próximamente se inaugurará una exposición dedicada a su trayectoria. Respecto a la pieza Caminos, incluida en la muestra del MAM, señaló que fue una obra catártica para Domenge, realizada tras recibir su diagnóstico médico.
Durante la charla, Claudia Luna compartió que su obra se vincula con la experiencia cotidiana del espacio urbano: “Caminar es una manera de experimentar el espacio público y reflexionar sobre él; camino para trasladarme, pero también para recrear mis procesos artísticos”, explicó.
Aurora Noreña, por su parte, presentó piezas de su serie Tepalcates, donde convergen los temas del pasado y la acción de reparar. Relató que su acercamiento a la escultura comenzó con una visita escolar al Museo Nacional de Antropología, experiencia que marcó profundamente su imaginario artístico: “Lo irresoluble y lo inasible de las piezas mexicas me dejaron sin palabras”, dijo. El mundo mesoamericano, afirmó, ha sido un eje constante en su trabajo.
Finalmente, Hilda Palafox, quien se define como artista visual más que escultora, compartió su interés por el proceso creativo y por el registro visual de su obra. En la exposición presenta tres piezas provenientes de su muestra Hierba mala, exhibida en 2023 en el Museo de Arte de Zapopan. “No creo que exista la hierba mala; son plantas que crecen donde ya no hay vida, y eso me parece bello”, expresó.
Derivas de la forma escultórica: irrupción y densidad propone una revisión del lenguaje escultórico en México desde 1927 hasta la actualidad, dando cuenta de sus múltiples transformaciones a lo largo de casi un siglo. La muestra está abierta al público en el MAM y es un recorrido imperdible por la evolución y diversidad de la escultura mexicana.
Juntos se instalaron en Berlín Occidental, donde darían forma a una etapa esencial tanto para la carrera de Bowie como para el renacer artístico de Iggy. Entre 1976 y 1977, grabó dos discos que hoy se consideran obras maestras: The Idiot y Lust for Life. El primero, oscuro y frío, marcó un giro hacia una sonoridad más electrónica. El segundo, más vitalista, contenía himnos como “The Passenger” y “Lust for Life”, que relanzaron su carrera y lo convirtieron en un referente para la generación punk. Bowie coescribió, produjo, tocó instrumentos y, sobre todo, le ofreció estructura, algo que Iggy nunca había tenido.
Foto: Karla Gómez
Pie de foto: Un encuentro que reunió a las artistas Hilda Palafox, Aurora Noreña y Claudia Luna, cuyas obras forman parte de la exposición colectiva Derivas de la forma escultórica.