Infancias se desplazan para escapar del reclutamiento forzado y la violencia en México
La Razón

Aun cuando la mayoría de los menores mexicanos deciden irse a Estados Unidos (EU) por huir del reclutamiento forzado del crimen organizado, de las extorsiones o de otros tipos de violencia, ese país ha expulsado este año a un promedio de 22 niñas, niños o adolescentes.
La política antiinmigrante estadounidense ha provocado la expulsión de seis mil 060 menores mexicanos entre enero y septiembre del 2025, de acuerdo con información de la Unidad de Política Migratoria, Registro e Identidad de Personas de la Secretaría de Gobernación (Segob).
Pese a ello, niños, niñas y adolescentes optan por llegar a EU en un intento por escapar de los contextos de violencia e inseguridad que enfrentan en México.
Organizaciones civiles como la Coalición de Mexicanos Migrantes en el Occidente de EU han documentado que seis de cada 10 niñas, niños y adolescentes que llegan al país vecino, principalmente a Chicago, Nueva York y Los Ángeles, lo hacen derivado de amenazas, extorsiones, intimidación y para evitar el reclutamiento forzado en sus localidades.
“Yo soy mamá y no me imagino a mis hijos viajando y haciendo el trayecto que implica migrar de un país tan inseguro. Ya cuando platicamos con ellos, muchos de ellos perdieron a sus padres en esta crisis de seguridad que hay en México”, dijo a La Razón María Rosario Casasola, de la Coalición de Mexicanos Migrantes.
La activista comentó que los menores migrantes que atienden provienen principalmente de Guerrero, Michoacán, Oaxaca, Puebla, Hidalgo y Veracruz.
Un menor de 16 años, contó a este diario que dejó su pueblo, Villa Guerrero, Jalisco, cuando murió su papá en el fuego cruzado de una balacera: “Mi mamá hizo su familia y mis hermanos y yo empezamos a ver que se ponía muy feo, llegaban de otros lugares, dicen que de Michoacán o de Guanajuato, y nos invitaban a ir con ellos; yo no quise”.
Desde el 2023, el adolescente vive en Florida, donde, por nueve dólares la hora, siembra lechuga, espinaca, acelga y escarola; por las tardes asiste a una Iglesia donde le enseñan a hablar inglés. Su color de piel, dijo, le ayuda a pasar desapercibido entre las autoridades migratorias.
“Siento que por eso no parezco tan mexicano; estoy blanco y eso hace que no me agarren o que pase de lado, pero, pues, trato de no salir más que a la Iglesia y al trabajo”.
Trabajar ocho horas todos los días, mencionó el menor, “es un chorro”, pero es nada comparado con lo que se tiene que vivir en su comunidad, donde hay grupos “que nada más están chin… para que trabajemos con ellos”.
“Aquí no tengo miedo, pero sí me gustaría ver a mis hermanos otra vez. Acá, quienes me ayudan son los de la Iglesia. Vemos las noticias y es mejor haberse venido acá”, dijo.
La activista por los derechos migratorios María Rosario Casasola recordó que, apenas hace dos décadas, quienes eran menores de edad llegaban acompañados por algún padre o tutor; pero, dijo: “es común verlos llegar solos y en edades cada vez menos creíbles”.
Comentó que, en junio de este año, las organizaciones no gubernamentales (ONG) Plan International y Save the Children alertaron, en un nuevo informe, que niñas y niños que migran a través del territorio mexicano se enfrentan a situaciones de peligro relacionados con “separación familiar e inseguridad en la frontera norte del país”.
Según estas organizaciones, el número de niños menores no acompañados en México se ha incrementado en forma considerable en los últimos años debido a la violencia, la pobreza e incluso los desplazamientos por el cambio climático, al pasar de 69 mil 500 en 2019, a más de 137 mil en el 2023.
María Rosario Casasola enfatizó que los motivos de la migración han cambiado con el paso de los años, ya que, recordó, cuando ella dejó su natal Guanajuato tenía tres años de edad. “No recuerdo casi nada de México, pero sé mucho de allá porque mis padres se trajeron a México a EU. La mayoría de quienes llegábamos en la infancia veníamos con un adulto. Ahora te puedo decir que de cada cinco jóvenes que llegan al país, sólo uno llega con sus padres o sólo con un papá o una mamá”, explicó.
Al respecto de este fenómeno, Óscar Rodríguez Chávez, experto de El Colegio de la Frontera Norte, expuso que, a partir de que el entonces presidente Felipe Calderón desplegó su estrategia de seguridad en contra del crimen organizado conocida como la guerra contra el narcotráfico, el desplazamiento interno forzado se ha acentuado y esto no es ajeno a las personas menores de 18 años.
“A finales del 2006, cuando se da la guerra contra el narcotráfico, hubo un incremento en la violencia derivado de enfrentamientos entre criminales y fuerzas armadas, y eso propició mayor violencia, incremento de homicidios o extorsiones, y esta violencia generó el desplazamiento forzado de algunas comunidades y la migración en masa”, señaló el especialista.
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Niñas y niños no acompañados pasan de 69 mil 500 en 2019 a más de 137 mil en el 2023: ONG.
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