NEIN GÓMEZ NOTICIAS

Tuxtla Gutiérrez fue testigo de un emotivo y significativo evento futbolístico, donde la camaradería y el reconocimiento se unieron para celebrar las trayectorias de dos verdaderas leyendas del balompié local: Gilberto Valencia Escamilla y Romeo Ocaña Trujillo. Este homenaje, gestado por los exalumnos del Instituto Tecnológico Regional de Tuxtla Gutiérrez, reafirmó el profundo respeto y cariño que la comunidad deportiva tiene por estos incansables baluartes del deporte.

El escenario para este reconocimiento fue el emblemático estadio «Flor del Sospó», un lugar que ha sido testigo de innumerables hazañas futbolísticas a lo largo de los años. La jornada comenzó con un apasionante partido amistoso que enfrentó a los Exalumnos del TEC contra el Deportivo Municipal. El encuentro, lleno de estrategia y buen juego, culminó con un empate a tres goles, demostrando que la pasión por el fútbol sigue viva en cada uno de estos veteranos, y que la calidad en la cancha no disminuye con el tiempo.

Pero más allá del resultado deportivo, el verdadero corazón del evento fue la ceremonia de entrega de los reconocimientos. Fue un momento cargado de emoción, donde se puso de manifiesto no solo la excelente trayectoria futbolística de Gilberto Valencia y Romeo Ocaña, sino también la profunda amistad que los une a sus compañeros y a la afición. Ambos fueron figuras clave durante la «época dorada del balompié tuxtleco», dejando una huella imborrable en la historia deportiva de la ciudad con su talento, dedicación y espíritu deportivo.

La organización de este memorable evento corrió a cargo del profesor Miguel Martínez Villanueva, exjugador del recordado equipo «Estudiantes» de Chiapas, en una coordinación impecable con la Liga Municipal de Tuxtla Gutiérrez. Este esfuerzo conjunto no solo garantizó el éxito del homenaje, sino que también subrayó la importancia de la colaboración entre las instituciones y los individuos para mantener viva la memoria de quienes han contribuido al deporte.

Este tributo a Gilberto Valencia y Romeo Ocaña no es solo un reconocimiento a sus habilidades en el campo, sino también un recordatorio de que la amistad y el compañerismo son pilares fundamentales que perduran a pesar de los años. Fue una clara demostración de que es vital reconocer en vida a aquellos futbolistas que, con su esfuerzo y pasión, forjaron la historia del fútbol local y que, aún hoy, siguen siendo inspiración para las nuevas generaciones. Su legado es un testimonio vivo de la grandeza del espíritu deportivo en Tuxtla Gutiérrez.

PIE DE FOTO: Luego del juego amistoso que sostuvieron en el campo del estadio «Flor del Sospó” que finalizó con empate a tres goles entre los Exalumnos del TEC y el Deportivo Municipal se llevó a cabo la entrega de los citados reconocimientos,

FOTO:  NEIN GÓMEZ