Karla Gómez NOTICIAS

En una velada cargada de historia y sensibilidad, la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) llevaron a cabo una emotiva charla en la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes. Este evento, que se celebró el miércoles 28 de agosto a las 19:00 horas, forma parte del ciclo Las diversas raíces y tuvo como propósito central la promoción de la literatura escrita en lenguas originarias de nuestro país.
El presídium, integrado por tres destacadas figuras en la promoción de la poesía y los derechos de los pueblos indígenas, compartió sus experiencias personales y profesionales, subrayando la importancia de preservar y difundir las lenguas originarias. La escritora y promotora cultural Susana Bautista Cruz, la antropóloga y poeta Lu Blanco, y la poeta y traductora Susi Bentzulul, fueron las voces principales de esta jornada que reivindicó el valor de las lenguas indígenas en la literatura contemporánea.
Susana Bautista, una figura comprometida con la defensa de los derechos de los pueblos indígenas desde hace más de una década, abrió la charla al compartir su recorrido en el ámbito literario. Aunque escribe principalmente en español, Bautista destacó cómo su obra está profundamente influenciada por la cultura mazahua. A través de una colaboración con escritores de esa región, sus poemas han sido traducidos al mazahua, lo que ha permitido un diálogo entre el español y esta lengua originaria. Al concluir su intervención, Bautista leyó su conmovedor cuento Nadie, dejando una profunda impresión en los presentes.
Por su parte, Lu Blanco transportó al público a su infancia en Tlaxiaco, Oaxaca, un lugar que ella describe como «el lugar de las nubes». Blanco evocó los aromas, las frutas, y las personas de su comunidad, y compartió cómo, desde niña, el contacto con lenguas que no entendía despertó en ella una curiosidad que la llevaría a la poesía. Su relato sobre cómo una exposición del pintor Rufino Tamayo en el Palacio de Bellas Artes marcó su vida, resuena como un testimonio del poder transformador del arte.
Finalmente, Susi Bentzulul compartió una historia profundamente personal sobre su origen y las dificultades que enfrentó como descendiente de una familia migrante de San Juan Chamula, Chiapas. En un relato que osciló entre la denuncia del racismo y la afirmación de su identidad, Bentzulul explicó cómo, tras años de represión cultural, decidió reivindicar su lengua materna, el tzotzil. Su camino hacia la autoafirmación es un reflejo del desafío que enfrentan muchas personas de pueblos indígenas en México, y su decisión de «pensar, escribir y soñar en tzotzil» fue recibida con un aplauso de reconocimiento por parte del público.
Este evento en el Palacio de Bellas Artes no solo destacó la riqueza cultural de las lenguas originarias, sino que también subrayó la necesidad de continuar luchando por su preservación y reconocimiento en el ámbito literario. Las historias y experiencias compartidas por Bautista, Blanco y Bentzulul resonaron como un llamado a valorar y proteger las raíces culturales que nos conectan con el pasado y nos guían hacia el futuro.
En un país donde la diversidad lingüística es vasta y significativa, iniciativas como el ciclo Las diversas raíces se consolidan como un espacio vital para el encuentro, la reflexión y la celebración de nuestras múltiples identidades.
Foto: Karla Gómez
Pie de foto: Susana Bautista, una figura comprometida con la defensa de los derechos de los pueblos indígenas.