Karla Gómez NOTICIAS

El Museo Nacional de la Estampa (MUNAE) será sede de un encuentro que busca revelar una faceta poco explorada de la artista Joy Laville, reconocida por su inconfundible lenguaje visual. El conversatorio Joy Laville en la gráfica se llevará a cabo el miércoles 30 de abril a las 18:30 horas, como parte de la exposición El mundo inmaterial. Joy Laville, en el marco de la Noche de Museos.
Este diálogo contará con la participación de figuras clave en el ámbito del arte gráfico: Enrique Cattaneo, pintor y editor de obra gráfica; José Valtierra, curador independiente; Lilia Prado, historiadora del arte y curadora de la muestra; y Emilio Payán, director del MUNAE, quien moderará la charla. El objetivo es profundizar en la producción gráfica de Laville, que aunque menos conocida que su obra pictórica y escultórica, es igualmente valiosa y representativa de su estilo.
Joy Laville (1923–2018), artista británica naturalizada mexicana, desarrolló una obra caracterizada por la sutileza del color, la serenidad de las formas y la introspección temática. Si bien es ampliamente reconocida por sus pinturas y esculturas, también incursionó en la gráfica con técnicas como la litografía, serigrafía, aguatinta y aguafuerte. Esta dimensión de su producción artística se presenta ahora en una exposición retrospectiva que reúne 126 piezas de diversas técnicas y procedencias.
La curaduría, a cargo de Lilia Prado, ofrece una lectura renovada del trabajo de Laville. Según la curadora, la artista «ve la luz a través del color», y su obra gráfica —llena de tonos pastel, líneas suaves y figuras introspectivas— obliga al espectador a mirar más allá de lo evidente. Cada composición se convierte en una experiencia contemplativa, casi meditativa, donde lo cotidiano adquiere un carácter poético.
La muestra se organiza en cinco núcleos temáticos: las disciplinas empleadas, los sucesos cotidianos, la soledad, los paisajes y las escenas interiores. Además, se exhiben tres murales hechos con esténcil, obras en óleo, escultura, cerámica y audiovisuales. En la planta alta del museo, se presenta una sección dedicada a las influencias de la pintura rupestre en su obra.
Uno de los aportes más interesantes de la exposición es la inclusión de bocetos, acuarelas y gouaches que Laville utilizaba como base para sus estampas. Muchas de estas obras fueron transformadas con “sobrepintado”, técnica con la cual intervenía directamente el papel, creando piezas únicas a partir de una matriz común.
A través de esta exposición y el conversatorio que la acompaña, el público podrá acercarse a una Joy Laville más íntima, más experimental, pero siempre coherente con su visión artística: una celebración de la calma, la belleza y la observación detallada. Así, el MUNAE no solo rinde homenaje a una figura clave del arte mexicano, sino que también amplía nuestra comprensión de su legado.
Foto: Karla Gómez
Pie de foto: Un nuevo vistazo a su universo visual.