Amapola Teatro ha dado 16 funciones de la obra

Isabel Nigenda Noticias

Foto: Isabel Nigenda. Pie de foto: Polita, es una obra que, pese a no tener palabras, narra una etapa fundamental para los seres humanos.

Polita (Jenni Chacón) es una obra de títeres de mesa en donde se aborda las vicisitudes que se pasa por el proceso de la pubertad, la rumoración y la soledad que sienten a esa edad. En compañía de Ami y objetos (Silvana Salazar) descubre la aceptación por su cuerpo y los desafíos que enfrenta a esa edad, como los cambios físicos y biológicos.

La obra que llegó a su función 16 con Amapola Teatro y fue dirigida por Priscila Morales, se presentó en el Teatro de la Ciudad Emilio Rabasa, en el marco del Día Mundial del Teatro. No cuenta con un guion, pero sí con una estructura dramática, por ello, sólo se apoya de gestos y de movimientos ejecutados por los títeres; y por Jenni Chacón y Silvana Salazar, las encargadas de manipular los títeres.

Inicia como un juego: una bolita se atraviesa por el escenario en más de dos ocasiones, hasta que de esa bolita surge Polita, quien posteriormente se observa al espejo, rechaza su imagen, no se acepta así misma.

Otro momento destacado de la obra es cuando se siente hipervigilada y observada por personas a su alrededor, acción que conducirá a que le explote la cabeza de tanto sobrepensar y sentir muchas emociones a la vez. Estas escenas se matizan con el manejo de luz que se da en los actos señalados y por la música clásica que logra propiciar las atmósferas de preocupación y desesperación que siente Polita, quien es un ser femenino.

Sin embargo, al conocer a Amy, se percata que todo se trata de un proceso biológico, se reconoce en ella y se apoya para vivir sin temores la etapa de la pubertad.

Amapola Teatro es un grupo creado en 2020, durante la pandemia. Actualmente, continúa presentando el montaje que fue estrenado en 2021.

De acuerdo a la directora, Priscila Morales, cuando empezaron la idea del montaje, les interesó el tema del proceso de la niñez al ser adulto.

«Yo le comenté a las chicas que quería hacer un montaje de títeres de mesa porque es mi especialidad y dijeron que sí. Empezamos a trabajar el tema de la pubertad, investigamos sobre todo con mujeres, cómo habían vivido este proceso», comparte.

A partir de las respuestas que obtuvieron iniciaron el proceso de improvisación y el movimiento de los títeres, ya que no querían que hubiera palabra, sino que el títere actuara, puesto que tenían muy claro la historia que querían contar.

«Buscamos imágenes y movimientos con el títere, y la actuación para poder compartir a través del objeto», añade.

La entrevistada destaca que, los títeres de objetos permiten muchísimo, «porque como actores hay cosas que nos limitan: nuestro cuerpo, tanto nos da puntos a favor como en contra. Mientras que, los títeres pueden volar, flotar, despedazarse, unirse. Tienen un poco màs fácil la conexión con los niños, que es un público al cual se quieren dirigir», apunta.

Polita, es una obra que, pese a no tener palabras, narra una etapa fundamental para los seres humanos, en donde la poca información y documentación provoca a vivir con extrañeza. La posibilidad que da este montaje que no cae en lo ilustrativo, es que el público infantil descubra cómo al igual que la protagonista de la historia todas pasan por ese proceso.