Este proyecto marca un hito en la preservación de nuestro patrimonio cultural

Karla Gómez Noticias

En un proceso meticuloso que involucra planeación, análisis geotécnico, ingeniería y protección de vestigios prehispánicos, la Zona Arqueológica del Templo Mayor, joya histórica de la Ciudad de México, ha iniciado la fase de retiro de la antigua cubierta de la Etapa II. Este proyecto, supervisado por especialistas de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), marca un hito en la preservación de nuestro patrimonio cultural.

La directora del Museo del Templo Mayor (MTM), Patricia Ledesma Bouchan, y la jefa del Departamento de Conservación, María Teresa Ramírez Miranda, han liderado un esfuerzo conjunto que ha requerido minuciosa preparación. La complejidad y fragilidad de este bien patrimonial, junto con las condiciones únicas del subsuelo del Centro Histórico de la Ciudad de México, han añadido un nivel adicional de desafío a este ambicioso proyecto.

La Etapa II, parte integral de las siete fases constructivas del Templo Mayor de Tenochtitlan, resalta por albergar los vestigios mejor conservados de las capillas dedicadas a Tláloc, dios de la lluvia, y a Huitzilopochtli, numen guerrero y tutelar de los mexicas. Esta estructura, que data entre los años 1376 y 1427 d.C., se encuentra en el corazón de la zona arqueológica, lo que ha exigido un esfuerzo logístico y de conservación sin precedentes para proteger los elementos originales.

La restauradora María Teresa Ramírez explica que, antes de desmontar la antigua cubierta, se implementaron medidas de protección en la plataforma, escalinatas y la estructura arqueológica completa de la Etapa II. Además, Norma Durand Zúñiga, residente de obra por parte de la Coordinación Nacional de Obras y Proyectos del INAH, supervisó la instalación de una cubierta provisional para salvaguardar los vestigios durante el proceso.

La estructura provisional, con una superficie de 452 metros cuadrados, se colocó estratégicamente entre la techumbre antigua y la Etapa II, evitando caídas de material hacia los vestigios y ofreciendo protección contra las inclemencias del tiempo durante el retiro de la cubierta original.

Según las especialistas, se espera que en los próximos días se complete el desmontaje de la cubierta antigua, dando paso a la instalación de la techumbre definitiva, que cubrirá una superficie de 475 metros cuadrados. Este nuevo revestimiento seguirá el exitoso sistema de tridilosa utilizado en la Casa de las Águilas y los Templos Rojos, garantizando armonía estética y tecnológica.

La directora del MTM agradece la comprensión de los visitantes durante este proceso, ya que, por razones de seguridad, se ha modificado el recorrido por la zona arqueológica. Este proyecto, respaldado por la Secretaría de Cultura y el INAH, representa un compromiso con la preservación de nuestra rica historia y cultura, asegurando que las futuras generaciones continúen maravillándose con el esplendor del Templo Mayor.

Foto: Cortesía.

Pie de foto: Desvelando la etapa II del Templo Mayor con un retiro cauteloso.