Desde su hogar en San José Terán, ha dedicado los últimos siete u ocho años a revivir y preservar las tradiciones de su comunidad
Karla Gómez Noticias
La casa de Óscar Cabrera, un joven tradicionalista de la comunidad zoque de Tuxtla Gutiérrez, emana un olor particular que refleja su rica herencia cultural. La mezcla de flores de temporada con el sahumerio y las veladoras ardiendo crea un ambiente espiritual, mientras que las flores costuradas en los joyonaqués añaden un toque visual único.
Desde su hogar en San José Terán, Óscar ha dedicado los últimos siete u ocho años a revivir y preservar las tradiciones de su comunidad. Su conexión con la cultura zoque proviene de su abuelo, quien fue un miembro destacado de la comunidad y ocupó cargos a lo largo de su vida. Óscar, inspirado por este legado, ha asumido el compromiso de mantener vivas las costumbres y rituales que forman parte de la identidad zoque.
Debido a ello, recibió el pasado 14 de octubre a las virgencitas de Copoya: Rosario, Candelaria y María Olachea, las cuales estuvieron en su domicilio en donde feligreses e integrantes de la comunidad zoque, agradecen o piden que intercedan por salud, trabajo y bienestar.
A través de su trabajo, Cabrera no solo honra su herencia familiar, sino que también invita a otros a conocer y apreciar la riqueza cultural de su comunidad. Su casa se ha convertido en un símbolo de resistencia y continuidad, donde las tradiciones se entrelazan con el presente, y el aroma de las flores y el sahumerio se mezclan con la historia de su gente.
“Es la primera vez que viene la madre santísima a nuestro hogar. La recibimos con mucho amor, con mucha felicidad, porque es una gran bendición para nosotros que la madre santísima haya estado con nosotros”, comparte.
Cabe destacar que las virgencitas fueron trasladadas el pasado 23 de octubre a Copoya, acompañadas de músicos tradicionales, bailes y fieles creyentes de la madre santísima.
Foto: Karla Gómez
Pie de foto: Celebraciones zoques