Karla Gómez NOTICIAS

Durante el encierro provocado por la pandemia de COVID-19, muchas personas experimentaron una pausa en sus vidas. Sin embargo, para la cineasta chiapaneca Sandra Ovilla León, este momento se convirtió en una oportunidad creativa. Ovilla, originaria de Tecpatán, Chiapas, encontró inspiración en esa etapa de incertidumbre para escribir la historia de una joven enfrentada a la decisión de abandonar su tierra, devastada por la minería, o quedarse para plantar la última semilla de peyote heredada de su abuela.
Esta historia se convirtió en “Hikuri”, un cortometraje filmado en lengua wixárika que ha recibido importantes reconocimientos, incluyendo el Premio al Mejor Cortometraje de Ficción en el Encuentro Internacional de Artes y Ciencias Cinematográficas. El proyecto fue apoyado por la segunda edición de la convocatoria “Huellas Verdes”, organizada por el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) y la Secretaría de Cultura de México, como parte del programa Chapultepec Naturaleza y Cultura.
“Hikuri”, que significa peyote en lengua wixárika, ha sido seleccionado en siete festivales internacionales y ha recibido dos premios, incluyendo el Premio Valor del Agua en el Festival Internacional de Cinema Ambiental en Portugal. La película, de 17 minutos, adapta la leyenda wixárika “El venado azul”, en la cual un venado divino guía a un grupo de jóvenes a descubrir el peyote en tiempos de hambre y enfermedad. Ovilla retoma esta narrativa ancestral, cuestionando qué sucedería si hoy en día, en medio de una crisis similar, la comunidad no encontrara peyote.
El filme fue rodado en solo cuatro días, en la sierra y en Xalisco, Nayarit, con la participación de la comunidad local, que proporcionó tanto el elenco como vestuarios y locaciones. “Queríamos darle realismo a la película, por eso los actores son de la comunidad. La respuesta fue increíble”, comenta la cineasta, quien ha trabajado de manera comprometida con prácticas de producción sustentable.
La trayectoria de Ovilla no se detiene con “Hikuri”. Recientemente, concluyó la producción de su nuevo cortometraje “Los días de Alfredo”, que narra la historia de un dentista que enfrenta el dilema de retirarse debido al avance de la tecnología y los primeros síntomas de Parkinson. Este nuevo proyecto también cuenta con el apoyo del programa FOCINE, y, según Sandra, promete tocar fibras sensibles al abordar los desafíos de la vejez.
Con “Hikuri” y ahora “Los días de Alfredo”, Ovilla León consolida su voz en el cine mexicano, enfocándose en temas sociales y ambientales, al tiempo que pone en alto la riqueza cultural del pueblo wixárika.
Foto: Cortesía
Pie de foto: El filme fue rodado en solo cuatro días, en la sierra y en Xalisco, Nayarit.